A pesar de que los desechos de pescado siguen siendo un problema global, las pérdidas posteriores a los desembarques afectan más a la economía global y en especial a los sectores de la población más vulnerables.

Las pérdidas por descartes inadecuados de pescado, también son un problema para la industria de cara a las organizaciones ambientalistas y a la obtención de certificados de sostenibilidad. Para muchas organizaciones los descartes de pescado requieren soluciones favorables a los sectores económicos vulnerables, dándole utilidad a los desechos y mejorando la calidad y el mantenimiento de productos pesqueros asequibles.

Las pérdidas y los residuos pueden ocurrir en distintos grados de intensidad en las diferentes etapas de la cadena de producción, que a su vez varía en los diferentes países, los sistemas de producción y las pesquerías.

Existen cuatro tipos de pérdidas de peces y residuos:

  • Física: cuando los peces se pierden por completo en la cadena de producción.
  • Calidad: cuando se vea perjudicada la calidad de un pez (por lo general se expresa en una reducción en el valor monetario).
  • Mercado: cuando las fuerzas del mercado crean comercialización y costos de producción o saturaciones elevadas y provocan que los precios caigan.
  • Nutricional: ligado a cambios bioquímicos dentro de la carne de pescado, como resultado de la descomposición, la transformación o la preparación de comidas.

El tipo más común de pérdida de postcosecha es la calidad. Para la pesca en pequeña escala en los países de bajos ingresos, las pérdidas de calidad representan más del 70 por ciento de las pérdidas totales, en comparación con sólo 5% de pérdidas físicas.

Estas pérdidas a causa de las técnicas de procesamiento, transporte y comercialización de segunda mano, hacen a los peces vulnerables a fuerzas externas, siendo más común en las pesquerías artesanales.

Cualquiera que sea la causa de la pérdida de peces, el impacto econḿico y para la sostenibilidad es importante. Cuando se pierde el pescado, menos pescado se suministra, lo que significa una disminución del pescado que está disponible para los consumidores. Esto aumenta el precio, lo que afecta a los consumidores pobres, y limita su acceso al pescado, una fuente importante de proteínas y micronutrientes.

Para aquellos que trabajan en la cadena de valor, como el valor del pescado se degrada debido a una mala manipulación, el precio de mercado reducida significa disminuye sus ingresos.

Cuando la calidad del pescado se deteriora, no se pierde sino que se venden a precios más baratos para los consumidores, a menudo los pobres. Esto puede crear impactos negativos para la salud, ya que están consumiendo pescado con un valor nutritivo inferior o que no es seguro para comer.

El reto en la lucha contra la pérdida de peces, por tanto, está abordando el comercio potencial entre la reducción de las pérdidas de calidad de pescado y el acceso de los pobres a los consumidores de pescado.

Existe entonces la necesidad de desarrollar tecnologías de procesamiento de bajo costo, tales como la mejora de las técnicas de secado de pescado que se ocupen de los problemas de calidad, sin presionar los precios.

Igualmente se necesita más investigación de donde se producen las principales pérdidas y que se puede hacer para mejorar la gestión y el procesamiento de los métodos, así como las mejores relaciones comerciales, que puedan mejorar la eficiencia y reducir las pérdidas postcosecha de pescado.