Proyecciones determinísticas. Si bien es cierto que los modelos determinísticos pueden fallar estruendosamente, bajo ciertas circunstancias y aunando varios-muchos de ellos, se puede obtener resultados cercanos a la futura realidad. En los últimos tres-cuatro meses han estado proyectando predicciones cercanas a lo que ha pasado, por ejemplo, en mayo-junio, predijeron anomalías negativas alrededor de -0.5C en los meses de octubre-noviembre; lo cual se ha dado. Actualmente, las proyecciones indican que tendremos definitivamente La Niña por los próximos cuatro-cinco meses. Para los meses de diciembre-enero las anomalías llegaran a casi -1.0C. La intensidad de la Niña será alrededor del umbral del rango considerado como moderado

Fig. 1. Proyecciones de varios modelos y su promedio de predicción (línea negra punteada)
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Entre febrero y marzo, la niña se debilitará a condiciones entre -0.5 a -1.0 C, lo que dará condiciones de Niña débil. De abril en adelante las condiciones térmicas serán consideradas como neutras, es decir -0.5 a +0.5 C.

Los modelos quizá están trabajando bien, ya que están bajo condiciones térmicas “frías” en el área 3.4, las cuales están dentro del contexto de la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO), la cual está en fase negativa. Adicionalmente otros índices de control oceanográfico y atmosférico están sincronizados.

Calentamiento costero. Con respecto a las costas a las costas ecuatorianas (Niño 1+2), las condiciones son diferentes a las del 2016, cuando las anomalías ya eran positivas en esta región. Actualmente, se encuentran en -1.2C, por lo que se puede decir que no va a ocurrir lo que pasó a inicios del 2017.

Lluvias. Las condiciones térmicas de la superficie del mar influyen en el patrón de evaporación y por ende lluvias. Los modelos de precipitación para diciembre-enero-febrero, sugieren que Las costas del Pacifico Sureste tendrán déficit, mientras que los países del Norte de Sudamérica (Colombia, Panamá, parte de Venezuela) tendrán superávit.

En cuanto a las pesquerías. Los niveles tróficos primarios están siendo alimentados por importantes volúmenes de nutrientes (Nitrógeno, Fosforo, Sílice, etc.) que están bombeando Humboldt y Cromwell. Las energías en términos de biomasa producida en estos niveles se propagarán a niveles superiores (peces pelágicos, demersales, etc.), lo que redundará en el incremento de los stocks pesqueros. Seguramente el 2018 debería ser promisorio para las pesquerías, partir del segundo semestre. Se anotar que las condiciones del mar desde el punto de vista de la operación de pesca no son las mejores a la cual están acostumbrados nuestros pescadores., lo que eventualmente producirá una disminución de las capturas.

Fig. 2. Modelaje de la precipitación.
Fuente: http://iri.columbia.edu/our-expertise/climate/forecasts/seasonal-climate-forecasts/.