El marketing forma parte fundamental de la vida de una empresa en la actualidad. Cada día más productos salen al mercado y la industria alimenticia se ha vuelto una de las más competitivas. Los consumidores exigen cada vez más que sus productos sean de calidad, exclusivos y responsables con el ambiente. Un sector importante del mercado está dispuesto a pagar una cantidad de dinero razonable con el fin de que sus necesidades sean satisfechas. Es así como cada vez más los productos llamados de nicho tienen mayor presencia en el mercado.
Los grandes márgenes de ganancia que, muchas veces, dejan estos productos los han convertido en una inversión muy atractiva para algunas industrias, pero en especial para el sector alimentario. En este sentido la industria del vino tiene una amplia experiencia valorizando sus productos a través del marketing y resaltando el valor agregado de su lugar de procedencia. Es así como identificamos muchas de las marcas con su lugares de origen, como la legendaria Champagne, la trendy Napa o la tradicional Toscana.
La comida marina tiene sus regiones también y usar el marketing regional es una herramienta cada vez más importante. Vender este tipo de producto por región de procedencia no es una idea nueva, pero aunque muchas veces es expresado en el envase o en la etiqueta por país, ideas más innovadoras como vender rutas de las regiones donde se colecta y procesa el producto, se encuentran apenas en un desarrollo tímido.
En este sentido, la asociación irlandesa de pesca Bord Iascaigh Mhara (BIM) una de las más importantes de Europa, anunció el lanzamiento de su “seafood trail”, llamada a “Taste the Atlantic -a Seafood Journey”. Inaugurada durante el año pasado esta ruta muestra de forma completa a los productores de comida marina y restaurantes de la zona. Esto permite a los consumidores una experiencia más inmersiva que la que ofrece un simple etiquetado. También contribuye a agregar valor a los productos de la región aunque no sean consumidos en el sitio de origen, de la misma forma que ocurre en la industria del vino.
Por supuesto es lógico que ese modelo de negocio no sea aplicable a todas las zonas o regiones, pero la industria del vino lleva años funcionando de ese modo. No sólo se trata de compras casuales o al azar. Esta industria ha sabido alimentar una fuerte conexión emocional con consumidores de todo el mundo, muchos de los cuales no han visitado nunca las regiones de donde provienen sus vinos favoritos, pero que son fieles a la marca o lugar de origen.
Ecuador cuenta con todos los ingredientes para hacer de sus productos objetos de consumo exclusivo, debido a su gran presencia como marca país en turismo, ademas de contar con el más importante puerto atunero del mundo. Desarrollar más estas potencialidades podrían colocarlo en un lugar privilegiado a nivel mundial en el consumo de productos marinos de alta calidad.