En Reino Unido el jueves 23 de junio se llevó a cabo un referendo acerca de la posible salida del territorio de la Unión Europea. Al momento de redactarse esta noticia los resultados aún no eran conocidos, aunque reflejaban una tendencia al ‘Leave’ (Salir) por encima del ‘Remain’ (Permanecer). El sector pesquero no mostró una postura oficial, hubo compañías a favor y en contra de las dos campañas. Ambas expusieron sus razones para irse o quedarse, pero lo más importante es que el sector pesquero es representativo de las implicaciones de esta posible ruptura.
Mientras que el lado pro-Leave sostiene que el Reino Unido puede ser mejor administrado fuera de la UE – en cuanto a la pesca, y de hecho en un sentido más amplio – el lado pro-Remain argumenta la importancia de mantener la voz del Reino Unido en la mesa de negociaciones con el resto de la UE.
«Nuestra adhesión a la UE aporta muchos beneficios importantes: fácil acceso al mayor mercado mundial de 500 millones de consumidores, el derecho de pesca en aguas de otros Estados miembros, y el poder de negociación colectivo para negociar derechos de acceso con el resto del mundo – así existe el poder para influir en la política pesquera en todo el continente», dijo Elizabeth Truss, Secretaria de Estado en el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA).
«Salir de la UE significa renegociar el acceso recíproco y cuotas para las poblaciones de peces en todas las aguas, ya que en la actualidad pescamos más allá de la zona costera del Reino Unido», dijo. «Además de pedir acceso a las aguas a esos países, tendríamos que negociar con la propia UE – y para asegurar el acceso, aún tendríamos que cumplir con las restricciones de la UE en las cuáles ya no tendríamos voz ni voto.»
Dicho esto, el campo pro-Brexit puede mirar el ejemplo de Islandia y ver un país que ha tomado la gestión de sus aguas en sus propias manos, y actualmente prospera.
«Nunca me uniría a la Unión Europea», dijo el ministro de Pesca de Islandia, Gunnar Bragi Sveinsson. «Hay vida fuera de ella, como lo hemos demostrado. Tenemos una de las pesquerías más grandes y fuertes en el mundo, sostenible y sin subsidios del Estado.»
«No tenemos que compartir la toma de decisiones con nadie más. Sería difícil para los islandeses controlar su sector económico y la pesca teniendo la obligación de hablar de ello con otros 27 o 28 países», dijo.
En 2005 un ministro conservador de pesca de sombra se acercó con un documento de 33 páginas sobre cómo el Reino Unido puede ejecutar sus pesquerías independientes de la UE. Cuenta con un control del esfuerzo basado en ‘días en el mar’ en lugar de cuotas fijas; una prohibición de los descartes de especies comerciales; disposiciones para el cierre temporal de la pesca; y la promoción de artes de pesca selectivas y controles técnicos, entre otros puntos.
Truss además señaló que las negociaciones con la UE sobre el acceso a las aguas y de cuotas, inevitablemente estarían vinculadas a las negociaciones sobre las condiciones de acceso de las exportaciones del Reino Unido al mercado de la UE.
«La UE es, con mucho, nuestro mayor mercado de exportación; en 2014, las exportaciones de pescado y productos pesqueros a la UE ascendieron 1010000000 £, casi el doble de £ 550 millones vendidos a todos los demás países juntos», dijo. «Llevamos a cabo un superávit comercial neto con la UE en el pescado y sus productos, con exportaciones por valor de 160 millones de £ más que las importaciones.»
Además de esto, las ofertas que negocia la UE con Noruega y las Islas Faroe en el acceso a la pesca son actualmente un valor de £ 20 millones y £ 3 millones, respectivamente, dijo el DEFRA.
Al salir de la UE se pondría en riesgo el acceso a este mercado. En lugar del fácil acceso, libre de aranceles al mercado único que el Reino Unido tiene actualmente, sería dependiente de la negociación de un nuevo acuerdo que podría llevar años, sin ninguna garantía de un mejor resultado.
«Los países fuera de la UE no disfrutan de los mismos niveles de acceso al lucrativo mercado de la UE – Noruega sigue pagando los aranceles sobre los productos tales como cangrejos congelados y salmón fresco, mientras acuerdo [de libre comercio] de Canadá tomó siete años para negociar y no tiene todavía entrará en vigor.»
El espíritu general por parte de quienes apoyan al Brexit es el de que, al final, funcionará y las compañías pesqueras se abrirán paso ante las nuevas circunstancias. Usan el ejemplo de Groenlandia, que al salir de la UE mostró un mejor manejo de su industria pesquera y aguas. El asunto clave es a qué costo y cuanto tiempo llevaría esta adaptación.