Por: Franklin Ormaza González, PhD. Cámara Nacional Pesquería.
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La Niña, está oficialmente de vuelta. Lo que hemos venido diciendo desde hace ya algunas semanas. Tal como se ha dicho, La Niña es juna procesos océano – atmosférico interanual. Toda la información estadística desde 1950 así lo ha registrado. La Niña ocurrió en el 2016, también debería ocurrir en el 2017, a pesar de que hubo voces estridentes con que ocurriría un Niño gigante.
La columna de agua del Pacifico central han estado por debajo de las condiciones térmicas, con anomalías negativas hasta de -4.0C (Fig 1). Los promedios del último trimestre ubican la anomalía en -0.4C, que es prácticamente el límite de declaración de la Niña, pero en septiembre y octubre las anomalías fueron -0.43 C y -0.46 C respectivamente.
Otros índices como el Southern Ocillation Index (SOI) y el Pacific Decadal Oscillation (PDO), han promediado en el últimos cuatr meses: 0.7 y -0.51 respectivamente, lo cual son concordantes con la Niña. El SOI es un índice atmosférico del Pacífico Ecuatorial, mientras que el PDO es un índice que se origina en la cuenca del Pacífico Norte.
En lo referente, el área Niño 1+ 2, que se encuentra entre las costas ecuatorianas y las Islas Galápagos, las anomalías en el mismo periodo han promediado -0.63C, que superan los -0.5C que sirve como referencia. Durante septiembre y octubre se marcaron anomalías de -0.67C y -1.34 C, que son condiciones propias del Evento Frío La Niña. Aparte, los vientos han estado sobre los 5 m/s provenientes del Sur, Suroeste, lo que ha provocado y mantiene las condiciones de afloramientos de la Corriente de Humboldt, que se ha mantenido por meses. Esto está proveyendo enormes volúmenes de nutrientes que originan incremento en los procesos fotosintéticos, lo que alimenta los niveles tróficos superiores y por ende a los stocks pesqueros.
2018?. Las condiciones frías de la superficie y columna de agua se mantendrán al menos hasta el primer trimestre del 2018, luego vendría otra la etapa de enfriamiento a partir de mayo, la intensidad de la misma es difícil predecir, pero se esperaría condiciones de anomalías negativas y muy pocas posibilidades del retorno de un evento caliente; quizá para el 2019-2020 tendríamos un evento El Niño.
Las condiciones futuras son promisorias para el sector pesquero y en particular en ciertas especies de pelágico pequeños y atún (todas las especies, pero de manera particular patudo), y tal como ha ocurrido en el 2016. Sin embargo, déficit de lluvias en la margen costera es usual bajo estas condiciones oceanográficas, especialmente en la parte central y norte.