Franklin Ormaza, PhD
Cámara Nacional de Pesquería
Introducción. La Niña que se inició a mediados de agosto 2017, cuando se comenzaron a registrar anomalías térmicas negativas en la región 3.4 (Fig. 1), las cuales han llegado a alcanzar -1.1C en la semana del 8 de noviembre, de ahí en adelante se han mantenido alrededor de -1.0C (Nov-Dic-Ene), haciendo de La Niña casi de clasificación: moderada (-1 a -1.5 C). En noviembre-diciembre 2017, fue declarada oficialmente como un evento frío. En la región 1+2, en nuestros mares, las anomalías negativas térmicas se empezaron a registrar de manera continua desde inicios de julio, llegando a
-1.6 C (semana del 6 diciembre) como promedio de toda el área, pero se han encontrado núcleos de hasta -4C en algunas regiones como al Oeste de las Galápagos, al oeste del Golfo de Guayaquil, etc.
Fig. 1. Anomalías térmicas en el Pacifico Ecuatorial, en las cuatros regiones de el Niño.
Fuente: http://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/precip/CWlink/MJO/enso.shtml.
Situación presente: Actualmente las anomalías en 1+2 han disminuido a valores alrededor de -0.8C en promedio en el mes de enero. Al 7 de febrero la anomalía se sitúa en -0.7C, mientras que en la región 3.4 igualmente se registra un promedio de -0.8C para enero 2018. Por otro lado, el ONI (Oceanic El Niño Index), que es el que determina los eventos en el Pacifico ecuatorial en 3.4, es reportado como -1.0C (promedio de los últimos tres meses, Nov-Dic-Ene). Las condiciones atmosféricas expresadas a través del Southern Oscillation Index (SOI) están conectadas al evento frio; así el SOI es positivo a 1.9, pero variando alrededor de los valores neutros (-7: El Niño, a +7: La Niña), al 11 de febrero registra 2.5; en enero se registró un descenso brusco a alrededor -5.0, lo que en parte ayudó a generar una onda Kelvin desde finales-mediados de diciembre, la cual ya se ha debilitado en las dos últimas semanas. En general las variables atmosféricas se insinúan a condiciones neutras (http://www.bom.gov.au/climate/enso/#tabs=SOI).
Futuro. Las condiciones la Niña (anomalías -0.5C) estarán presente por 2-3 meses más, quizá las anomalías lleguen a condiciones neutras antes, pero existen modelos que las sitúan hasta inicios octubre 2018 (Fig. 2), ya que las variables atmosféricas a partir de abril-mayo cambiaran a favor de un evento frío, es decir los vientos alisios del Sur se activarán, el SOI se incrementará, lo que producirá un movimiento neto de aguas superficiales de este a oeste. Esto en turno, provocará el reforzamiento de las corrientes de Humboldt y Cromwell y sus respectivos sistemas de afloramiento, provocando anomalías térmicas superficiales negativas en la región 1+2 (Fig. 2, derecha) entre -0.5 a 0.0C.
Fig. 2. Proyecciones de las condiciones térmicas en regiones 3.4 (superior) y 1+2 (inferior). Anomalías térmicas.
Note la línea negra entrecortada (predicción) que es promedio del ensamble de varias corridas del modelo determinístico usado por la NOAA al 14 de febrero 2018.
Fuente: http://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/CFSv2/imagesInd3/nino34Mon.gif.
Impactos. Los anunciados en anteriores reportes se mantiene y se han dado. Las lluvias fueron 80-90% deficitarias en al menos 5 estaciones representativas de la línea costera, Santa Elena y Guayaquil fueron los mayormente deficitarios con: 99.4 y 82 % respectivamente (ver datos en: INOCAR http://www.inocar.mil.ec/web/index.php/precipitacion-por-estacion). Al 14 del mes de febrero, las lluvias se han mostrado relativamente intensas (Fig. 3), en Santa Elena las precipitaciones ya han superados el promedio de este mes; esto es, 110.3 mm contra 104.1 mm (5.6 % superávit), en Guayaquil ya ha llovido el 57.6% de lo típico de este mes. Lo atípico es que la zona norte en las ciudades de Esmeraldas y San Lorenzo, donde generalmente el volumen de lluvia es mayor que la región costera central y sur, las lluvias se han mantenido por debajo del 50%; es decir, 26.8 % y 39.8 % respectivamente. El impacto debe haber sido oneroso, ya que durante ocurrieron algunos chubascos; y el campesino, sembró los campos, pero no hubo lluvias suficientes por aproximadamente 30-40 días. Se debe haber perdido esa siembra inicial. Por otro lado, al inicio de febrero la estación de lluvia comenzó, por lo que nuevamente se debió haber dado una segunda siembra. Hay un mes de atraso en siembra, algo similar debe ocurrir en la cosecha con las correspondientes consecuencias.
Fig. 4. Precipitación en 5 estaciones meteorológicas. http://www.inocar.mil.ec/web/index.php/precipitacion-por-estacion.
Las pesquerías de especies demersales deben estar beneficiadas de manera importante, ya que le primer nivel trófico se incrementa durante los afloramientos de las corrientes de Humboldt y Cromwell, mucho de este material biológico se utiliza en procesos biológicos que se dan en la columna de agua (donde es aprovechado por especies pelágicas), otra parte se precipita al fondo marino, donde estas especies habitan, por lo que habrá alimento. Las observaciones recientes del autor en el mercado de Santa Rosa de Salinas indican que peces como la corvina registran con relativa frecuencia buen tamaño (>20 lb), chernas (>15 lb). Por otro lado, los pelágicos como el calamar es abundante, individuos de dorado se presentan relativamente pequeños. En tanto las capturas de atún (principalmente skipjack) han decrecido de manera importante, el peso que predomina es 3-4 lb, presentan contenido estomacal variable dentro lo norma, pero información anecdótica revela en algunos casos elevada concentración de eufásidos (camarones pequeños, tipo krill), relativamente grasosos, lo que implica alta concentración de biomasa en niveles tróficos 1 y 2; lo que va de acuerdo con las condiciones oceanográficas dominantes el último semestre del 2017. Quizá el tamaño-peso de los peces pelágicos pudiese estar reducido, debido a que deben gastar energía en mantener el calor corporal, ya que los cuerpos de agua están relativamente fríos. Las capturas deben haber disminuido por la redistribución espacial que deben haber realizado las poblaciones buscando temperaturas adecuadas a su biología.
Los pescadores deberán atender las condiciones oceanográficas de pesca actuales. No son las típicas para esta época del año, por ejemplo, las corrientes, la profundidad de la termoclina, la distribución de las isotermas vertical y horizontales.