Juan Pablo Palacios
Economía y Negocios
El Mercurio
Julio es el mes en el que el gobierno tiene contemplado definir el contenido central del proyecto de ley de reforma tributaria, que enviará al Congreso a más tardar en septiembre.
Así lo confirman fuentes del Ejecutivo que precisan que hasta ese período se esperan recibir los planteamientos que hagan llegar los gremios y los partidos políticos para el diseño de la reforma.
Dicho cronograma consideraría que entre los meses de agosto y septiembre se busque a través del trabajo prelegislativo lograr el mayor nivel posible de acuerdo en torno a la iniciativa, y ver otros detalles del articulado.
Trascendió que la idea de zanjar el «corazón» del proyecto en julio se tomó debido a que en ese mes ya estarán disponibles los resultados de la Operación Renta 2018, proceso que servirá como insumo para evaluar el funcionamiento de la reforma de 2014. En ese tiempo también habría más detalles de los requerimientos de gastos del Presupuesto 2019, que poco a poco ya ha empezado a explorar la actual administración.
El eje comunicacional de la reforma ha estado marcado en la modernización y simplificación del sistema impositivo, y se espera que durante el séptimo mes haya definiciones respecto de los temas controversiales, las que serán acordadas entre el Ministerio de Hacienda y el Presidente Sebastián Piñera.
En la Cuenta Pública del 1 de junio, el Mandatario descartó bajar el impuesto a las empresas, que hoy se sitúa en 27% en el esquema semiintegrado, y todavía se sigue evaluando la reintegración gradual y total del sistema de tributos que pagan las compañías con los de sus accionistas. Esa última fórmula -que según fuentes allegadas al proceso es del gusto del titular de Hacienda, Felipe Larraín- contaría con el respaldo del sector empresarial, ya que ayudaría a simplificar el sistema al avanzar hacia un esquema único general, y no tendría gran impacto fiscal. Se estima que la reintegración significaría una menor recaudación cercana a US$ 300 millones por año.
Sin embargo, la piedra de tope para avanzar en el regreso a un régimen 100% integrado es el rechazo que ha anticipado la oposición, ya que, a juicio de ellos, esa idea implicaría una rebaja tributaria «a los súper ricos».
También se mantienen en análisis eventuales alzas a impuestos específicos de alimentos y bebidas azucaradas y los perfeccionamientos a la norma general antielusión.
Foco proinversión
Ayer, en el tradicional almuerzo de los lunes en Teatinos 120, los parlamentarios del oficialismo abordaron con las autoridades de la cartera los énfasis del proyecto tributario.
«A nosotros nos preocupan los énfasis, porque la mayoría de los temas son de iniciativa exclusiva del Ejecutivo», dijo el diputado Patricio Melero (UDI), agregando que «se mantiene el itinerario de mandar esto a más tardar en septiembre».
Guillermo Ramírez, también UDI, reveló que en la cita «le preguntamos al ministro (Larraín) qué otras medidas proinversión habrá en la reforma que puedan compensar la no baja de impuestos. Él nos contó que se pretende simplificar muchísimo el sistema tributario, y al mismo tiempo, dotarlo de mayor certeza jurídica. Eso nos parece positivo porque son elementos muy relevantes para decidir invertir en un país o en otro».
Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=477474