En la Cámara Nacional de Pesquerías (CNP) confluyen los intereses de flota y factorías atuneras, así como los de pesqueros y fábricas que persiguen y procesan pequeños pelágicos. Hace unas semanas estuvo en Galicia, con motivo de la cumbre del atún, en la que hizo un llamamiento en favor de la sostenibilidad de un «pez sin patria», que al ser de todos termina no siendo de nadie.
-¿Qué significa Galicia para el sector atunero ecuatoriano?
-Galicia es la región pesquera por excelencia de España, con la que tenemos una relación muy cercana, tanto comercial y de negocio, como de amistad, así que es muy importante para nosotros. Incluso hemos firmado entre la CNP y Anfaco un convenio de colaboración para el intercambio de información, así que tenemos una relación que data de muchos años atrás.
-¿Es su principal cliente?
-Las exportaciones pesqueras del Ecuador el año pasado fueron de 1.640 millones de dólares, de los que el 75 % fueron exportaciones de atún. Y de ese 75 %, el 62 % va para Europa. Pero no solo a Galicia, donde tenemos clientes importantes y otras con inversiones en el Ecuador, también a Italia, Alemania, Inglaterra… Pero en Galicia están, por ejemplo, astilleros muy importantes donde se han construido embarcaciones que faenan en el Pacífico Oriental, a los que hay armadores que llevan a hacer el mantenimiento de sus barcos allá… O sea, que la relación es muy importante.
«Se siguen viendo los túnidos como una ‘commodity’, no como la proteína de alto valor que es»
-¿Qué amenazas se le presentan al sector pesquero ecuatoriano?
-Desde el punto de vista de la flota, tenemos 115 embarcaciones atuneras, que tienen una edad media que supera los 40 años. Para mantenerla operativa hay que gastar mucho. Nosotros, como Cámara de Pesquerías, lanzamos hace un par de años un proyecto de renovación de la flota. De hecho, la anterior ministra de Economía, que participó en la reunión de Vigo de hace dos años, expuso la cuestión y eso atrajo el interés de los astilleros españoles. Nos reunimos con ellos y diseñamos prototipos de barcos que podrían reemplazar a parte de la flota ecuatoriana, pero el problema es la financiación. Porque un barco puede costar 25 o 30 millones y en la banca ecuatoriana no existe capacidad para financiar proyectos de ese tipo. Estamos buscando una fórmula para solventar ese escollo. Por el lado de la producción, estamos viendo que la demanda de atún está creciendo tanto en volumen como en precio y que cada vez más empieza a pedir certificaciones de sostenibilidad de la pesca y en eso estamos trabajando muy bien, tenemos un FIP (Proyecto de Mejora de Pesquería) para poder obtener el sello MSC. Ese va a ser un hito muy importante y nos va a permitir seguir gozando de la apertura del mercado europeo.
-La UE ha retomado conversaciones con Tailandia para negociar un acuerdo de libre comercio…
-Lo estamos mirando muy de cerca, porque Tailandia es el primer productor de atún del mundo y nosotros el segundo. Si Tailandia logra un pacto comercial con Europa y puede introducir su producto como entra el ecuatoriano, libre de aranceles, a Europa, eso va a ser una competencia muy fuerte. No podemos impedir que Tailandia y Europa negocien, pero queremos que en el acuerdo se exijan las mismas condiciones que nos piden a nosotros. Me refiero a que se le reclamen las mismas normas de origen que se piden a Ecuador. No estaría bien que a Tailandia, que es un gran centro de compra, le permitan que se abastezca de pescado en todos los lados y después lo meta libre de impuestos sin exigirle las normas de origen.
-¿Hay que ver una amenaza en la irrupción de los chinos en la industria atunera?
-Lo es. Los trabajadores de la pesca en Ecuador están asegurados, cobran, como poco, el salario mínimo, tienen prestaciones sociales… Eso no ocurre en China. Ya no es solo que el salario sea más bajo es que, además, gracias a los transbordos en alta mar, que nosotros queremos que se prohíban, los marineros no tocan tierra y están a bordo casi en condiciones de esclavitud. El atún es de todos y todos tenemos que cuidarlo. No puede ser que nosotros estemos haciendo un esfuerzo y en otro lado no lo hagan. Vamos a competir, pero en igualdad de condiciones.
«Walmart ya ha anunciado que a partir del 2021 no comprará atún que no esté certificado»
-Desde que han tomado medidas de protección del «stock» de atún ha caído la producción. ¿Es el precio de la sostenibilidad?
-Así es. Ahora mismo estamos en una veda de 72 días que, sea en una tanda o en otra, todos los barcos tienen que cumplir y permanecer amarrados a puerto. Es un tiempo que se aprovecha para hacer el mantenimiento de los barcos. Y eso tiene un coste. La sostenibilidad tiene un coste, el problema es que el mercado aún no está reconociendo por la vía del precio ese sacrificio que hacen las flotas. Yo creo que ese momento tendrá que llegar. De hecho, veo que esta tendencia que empezó hace algunos años, hace más de 15, está cogiendo cada vez más fuerza. Walmart, por ejemplo, que acapara el 37 % del atún en el mercado americano, que es de 2.200 millones de dólares, ha anunciado que después del 2021 no comprará ningún pescado que no provenga de una fuente sostenible debidamente identificada. Imagínese lo que eso significa. La cosa va por ahí y el resto tendrá que hacer lo mismo.
-Decía el presidente de la patronal conservera ecuatoriana que el atún es barato. ¿Lo comparte?
-Sí. Es una proteína de excelente calidad, que viene de una fuente sostenible, tiene todos los elementos nutricionales que exige una dieta saludable y, sin embargo, sigue siendo muy barata comparada con otras proteínas, como la carne de res, pollo o cerdo. Hay que reposicionarlo y hacer que consumidor entienda todo lo que hay detrás de una lata de atún para que pueda pagar un mejor precio por una proteína tan buena.
-¿Augura buen futuro al sector?
-Sí, si somos capaces de hacer la tarea. El mercado está ahí. El mercado y el gran reto de ser capaces de ponernos de acuerdo en unas medidas de ordenamiento que cuiden la salud de los stocks para que podamos disfrutar de esta pesquería durante muchos años.
