Un nuevo informe en el que
se ha estudiado la emisión de gases efecto invernadero de los productos
pesqueros y acuícolas llevado a cabo por expertos del noruego SINTEF ha puesto
en evidencia el mito tantas veces repetidos en el ámbito científico sobre la mayor
sostenibilidad de los ingredientes vegetales frente a los ingredientes marinos
procedentes de la pesca.
En el caso particular de la piscicultura de salmón noruego,
el alimento es el coste más importante y del que se puede llegar a derivar una
mayor huella de carbono. Por eso, y como señalan, se debe tener sumo cuidado en
que los datos que se obtienen sean de calidad.
En el estudio se propone tener en cuenta que cuando estamos
usando ingredientes vegetales estamos impactando en el uso de la tierra, y este
dato debe ser tenido en cuenta. En anteriores análisis de la huella de carbono
del salmón este fue un aspecto que no se tuvo en cuenta, al igual que el de
micro ingredientes y suplementos necesarios para el buen funcionamiento de los
ingredientes vegetales, y que requieren para su producción de una buena
cantidad de energía.
Otra exclusión importante que se ha hecho en ocasiones es el
de subestimar el menor rendimiento de las granjas por el aumento de la
mortalidad y las parasitosis, principalmente de piojo de mar, que derivan en
una menor mayor tasa económica de conversión del alimento (eFCR). Si el salmón
muere, o crece más lentamente debido a una enfermedad, se usa el alimento de
manera menos eficiente. Esto expliciaría por qué el eFCR a pasado en una década
de 1,2 a 1,32, es decir, un 10 por ciento más.
El piojo de mar, un parásito que ha aumentado su presencia en
los últimos años obliga a usar los buques auxiliares de acuicultura mas que
antes debido a las tareas de vigilancia y tratamiento, lo que implica unas
mayores emisiones.
Estos datos han sido recogidos por Anne Mette Bæk, directora
gerente de EUfishmeal, la organización representante de la industria productora
de ingredientes marinos en Europa para afirmar que, en base a este informe, la
sustitución de los ingredientes marinos como la harina y el aceite de pescado
por los ingredientes de origen vegetal para la fabricación de alimentos de
piscícolas “puede reducir la huella de carbono de los peces de acuicultura”.
En los últimos 10 años, señalan desde EUfishmeal la
composición de ingredientes vegetales ha pasado a ser el 70 por ciento del
total. “Un desarrollo que no necesariamente es excelente desde una perspectiva
climática, si significa reemplazar los ingredientes marinos por soja brasileña”.
Los peces de acuicultura como el salmón, añaden, producen
bajas emisiones de gases efecto invernadero al nivel del pollo, mientras que la
carne de cerdo tiene alrededor de un 50 por ciento más de emisiones y la carne
de vacuno 5 veces la cantidad relativa.
Los peces silvestres de captura tienen la menor huella y,
especialmente los pelágicos que se usan para la producción de harina y aceite
de pescado, cuyo nivel de emisiones es “muy bajo”.
Por ello, concluye, “cuanto más ingrediente marino haya en el
alimento para el salmón de cultivo, menor será la huella”.