El conocido atún es una de las especies marinas más explotadas en el mundo entero. Muchos son los países que se dedican a la explotación pesquera y a la obtención de gran cantidad de esta especie. El atún en Ecuador no es la excepción ya que su exportación es amplia.
Los ingresos generados por su comercialización para el país son realmente importantes. Por ello, al caer 12% su captura, entre enero y mayo de 2016, se despertó alarma en el país. Era un porcentaje muy alto y significativo para la economía ecuatoriana.
Las capturas habían llegado a ser de 139.232 toneladas métricas (TN) y se redujeron a 122.319 a inicios de año. La disminución fue atribuida a los efectos del fenómeno de El Niño en 2015. Y, a su vez, la reducción repercutió directamente en los precios y las exportaciones de este año.
El impacto fue tal que el Viceministerio de Acuacultura y Pesca puso en marcha una serie de medidas relevantes. En principio, fueron controles, por demás estrictos, para la veda del atún en Ecuador.
La intención era, a grandes rasgos, proteger las poblaciones atuneras y otras especies marinas del país. Los efectos, evidentemente, se verían a largo plazo.
Razones de fondo
Además de la pretención de preservación de las especies marinas y especialmente atuneras, existen otros asuntos de fondo.
El atún en Ecuador es un recurso que genera, por tonelada, entre 1500 y 1550 dólares. Por consiguiente, la medida protegía la economía de la pesquería y acuacultura ecuatorianas.
El año 2015 no fue un año de alta productividad del sector pesquero y de acuacultura. El 2016 tampoco ha logrado satisfacer las expectativas.
Principales especies de Atún en Ecuador
Cabe señalar que lo esfuerzos de pesca de este año son mucho mayores que los realizados en el 2015. La consecuencia inmediata es una producción ligeramente mayor en 2016, pero a costa de esfuerzos desmesurados.
Ecuador es un país rico y afortunado en lo que a diversidad de especies se refiere, aunque estas hayan disminuido en cantidad. Los conocidos atunes rayados, big eyes y atún de aleta amarilla están presentes a lo largo de todo el Océano Pacífico Oriental. Sin embargo, los de aleta amarilla se han ausentado con respecto a 2015.
Consecuencias inmediatas
Pese a todas las medidas tomadas y a las expectativas favorables, es posible que 2016 sea un año de pérdidas. De hecho, se prevé un cierre con caída de entre 6% y 7% si se compara con el año pasado.
Con la veda de atún en Ecuador, el 2017 se visualiza como un mejor y más próspero año al respecto de la situación.
Las medidas incluyeron dos asuntos fundamentales. Primero, más de 140 embarcaciones pesqueras quedarón acoderadas en los puertos del país. Y luego, se realizaron inspecciones en los puertos de Manabí, Guayas y Santa Elena. La idea era controlar el cumplimiento de la veda.
Acuerdos
Finalmente, se ve con buenos ojos el próximo cierre del acuerdo comercial con la Unión Europea. Tal acuerdo es una apertura significativa que dará buenas opciones si el clima vuelve a teñirse opaco.
De igual forma, existen conversaciones en reuniones con organismos como el CIAT que buscan proteger otras especies. Tal es el caso del atún big eye.
Por último, no puede perderse de vista que, hoy en día, siguen realizándose esfuerzos para preservar las especies marinas. Agrupaciones gubernamentales y privadas trabajan arduamente en proyectos de gran envergadura para tales propósitos.
Diferentes organizaciones del sector pesquero convergen en una investigación que permitirá desarrollar propuestas sustentables en materia de pesquería. Entre las especies consideras se encuentran las sardinas, el jurel, la hojita y la macarela.
Se trata de un proyecto piloto centrado en la investigación del perfil pesquero ecuatoriano.