En el marco de la VIII edición de la feria Expopesca realizada en Manta, uno de los temas abordados y de mayor importancia fue una posible proliferación de plantas empacadoras de pescado en el país, y de manera particular en esa ciudad.

La revelación la hizo el Ing. Gustavo Núñez, presidente de la empresa Asiservy, quien sostuvo que hasta hace pocos años solo existían 22 plantas procesadoras de pescado, pero que al momento este número se ha incrementado a un total de 263.

“Conocemos que algunas de estas plantas nuevas no están registradas en la Subsecretaría de Calidad, no sabemos si en el ARCSA lo están, pero conocemos que están exportando y a precios que perjudican a los que sí cumplimos con todas las normas y procedimientos establecidos”, denunció Núñez.

Subrayó que si queremos llegar a despuntar como país y seguir desarrollando nuestra industria atunera tenemos que ofrecer un mayor control sanitario.

Gustavo Núñez se refirió, además, a la necesidad de crear en el país lo que llamó “una cultura de la inocuidad”, la que debe ser liderada por el Estado a través de un proyecto serio y que abarque a los organismos seccionales, ya que hay mucho por trabajar y mejorar en el tema del agua potable, de la energía eléctrica, de la educación a la población y sobre todo tenemos que realizar y ofrecer un control sanitario idóneo.

 

SI QUIEREN TRABAJAR DEBEN FORMALIZARSE

“La informalidad es una cosa que siempre ha existido, pero llama mucho la atención lo denunciado de que existen al momento 263 plantas procesando, eso yo lo desconocía pero sí conozco de muchas plantas informales, pero no sé cómo las veo yo y no las ven las autoridades”, manifiesta Lucía Fernández, presidenta del Grupo Degfer y de la Cámara de Comercio de Manta.

Esta situación nos afecta porque el costo de ellos es mínimo comparado al costo nuestro, nos quitan clientela y podemos hasta terminar perdiendo mercados por esta situación, según advirtió.

Creo que deben formalizarse, si quieren estar en el negocio, todos debemos estar en la misma línea de formalización, si estamos hablando de inocuidad, entonces tienen que cumplir con todas las normas y reglamentos, todos los sectores de la pesca tienen que ser formalizados y transparentados, concluyó.

 

LO IDEAL ES QUE SE LEGALICEN

La subsecretaria de Calidad e Inocuidad, Catalina Cárdenas, sostiene que lo ideal es que todas las plantas se legalicen, se formalicen, si quieren seguir funcionando, para eso estamos trabajando, tal como lo estamos haciendo con la harina de pescado que es un producto que tiene todos los controles.

Explicó que la autorización para el funcionamiento de las plantas la extiende la Subsecretaría de Recursos Pesqueros, para la legalidad de la actividad; nosotros vamos un poquito después, cuando eso ya está establecido, aprobado a nivel legal, ahí entramos nosotros recién a hacer los controles respectivos a nivel de sanidad e inocuidad.

Recalcó que sería preocupante que existan plantas sin los respectivos permisos, pero que en todo caso la dependencia a su cargo siempre está atenta a este tipo de irregularidades para denunciar a la autoridad que le corresponde que haga los respectivos controles, esto es tanto a la Subsecretaría de Recursos Pesqueros como a la Subsecretaría de Acuacultura, a nivel de legalidad de la actividad, ya que son las que tienen las competencias y cada una tiene una dirección de control y ejerce ese control.

“Si un producto tiene certificado sanitario de exportación otorgado por la Subsecretaría de Calidad e Inocuidad es porque ese producto viene de una planta procesadora habilitada sanitariamente y que ha sido provista en toda la cadena de valor por otros establecimientos de lista interna que tienen habilitación sanitaria, y por ende no debería ocurrir ningún riesgo y ese producto es aceptado en los mercados internacionales”, subraya.