• Desde hace casi 15 años, se implementa un Plan de Acción para la protección de los tiburones
  • El país fue pionero en la prohibición de la práctica del “aleteo”, estando penado desde 1993
  • La captura incidental se da en todas las modalidades de pesca, si bien el sector continúa innovando para reducirla al máximo

Ecuador. Mayo 2020. El país acaba de estrenar una nueva Ley de Pesca y Acuacultura. Desde el pasado mes de abril, se han fortalecido las regulaciones ya existentes que permiten luchar contra la pesca ilegal, se ha endurecido el sistema de sanciones y, de acuerdo con la norma, se ha mejorado el sistema de vigilancia, control y monitoreo. Esta actualización de la ley tiene como objetivo permitir que la actividad pesquera, de gran importancia para el país, se lleve a cabo con todas las garantías y cumpliendo los parámetros de sostenibilidad necesarios para proteger el entorno marino.

La Ley Orgánica para el Desarrollo de la Acuicultura y Pesca, ha contado con el apoyo y consenso entre instituciones y las empresas y organizaciones que forman parte de este sector. En palabras de Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería “Nosotros somos los primeros interesados en cuidar el entorno marino y asegurar buenas prácticas. Trabajar en esta dirección nos garantiza una actividad viable y sostenible a largo plazo, así como competitividad en el contexto internacional, donde los estándares en términos de calidad y medio ambiente son muy exigentes”.

A inicios de este mes, se dio a conocer una noticia que situaba a Ecuador como exportador de tiburones. Sin embargo, esta es una actividad estrictamente regulada, no es una práctica habitual que se dé entre las flotas pesqueras del país. Si bien es cierto que en lo que se denomina “pesca o captura incidental” (aquellas especies que se capturan entre los objetivos de las flotas, pero representan un % que varía en función de la técnica utilizada: desde el 2% en el caso de la pesca de cerco, hasta el 20% en el caso de la pesca de palangre artesanal) se capturan tiburones. Esto es algo que ocurre en todo el mundo, pero en Ecuador está claramente regulado por las autoridades competentes.

Ecuador ha sido un país pionero a la hora de impulsar prácticas y mejoras orientadas a reducir esta situación al máximo. Al Plan de Acción de Tiburones, convertido hoy en política de Estado, se suman los proyectos de mejoramiento pesquero (FIP, por sus siglas en inglés) impulsados por las empresas del sector y orientados a conseguir una actividad pesquera respetuosa con el entorno marino, a través de acciones que abarcan desde la investigación científica para reducir el impacto en los ecosistemas, hasta la implementación de un código de buenas prácticas para el manejo de la pesca incidental.

El aleteo, práctica consistente en cortar la aleta al tiburón y devolver al animal al agua sin la misma, condenándolo a morir, está prohibido en Ecuador desde 1993. Fuimos el primer país en hacerlo y es una práctica considerada delito y perseguida como tal. “El tiburón, como depredador, es parte esencial de nuestro ecosistema y, por lo tanto, se ha trabajado intensamente para protegerlo y lo seguiremos haciendo. Adicionalmente, es importante destacar que, desde un punto de vista económico, no es el tiburón lo que permite mantener la actividad pesquera, el atún es el principal objetivo. Ni el tiburón ni la aleta de tiburón son el eje de nuestro negocio” añadía Leone.

Adicionalmente, es importante destacar que las exportaciones de aleta de tiburón pasan por la autoridad pesquera y por el Ministerio de Ambiente. Ambas entidades comprueban que la pesca que se va a exportar esté dentro de los parámetros y cantidades autorizadas. Además de monitorear y registrar su fuente, la especie, el tamaño y otra serie de elementos que permiten garantizar su legitimidad.

Los diferentes plantes impulsados en los últimos años, con todas las medidas implementadas, han tenido un impacto positivo. En el caso de los tiburones sedosos y de acuerdo a los datos del CIAT, las capturas de esta especie en 2019 están aproximadamente un 21% por debajo del promedio de capturas en el periodo 2014 – 2017. Adicionalmente, un reciente estudio realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Ecuador) sobre la comercialización de tiburones en Ecuador, observa que las capturas de esta especie no solo han disminuido del periodo 2013 – 2017 (aproximadamente 117.315 individuos), en comparación al periodo anterior, 2008 – 2012 (139.000 individuos), sino que además se ha mantenido estable en los últimos años, lo que pone de relieve la importancia de tener una política de gobierno apropiada sobre el manejo de la pesquería, obteniendo buenos resultados al monitorear, regular y controlar adecuadamente estas capturas incidentales.

En relación con la noticia conocida hace unas semanas referente a la incautación de aletas de tiburón en Hong Kong, para la Cámara Nacional de Pesquería (CNP) el primer paso es que las autoridades competentes investiguen y definan si está dentro de los parámetros legales o si se trata de una práctica no legítima e ilegal. De resultar este último escenario, desde la CNP, representada por su presidente Bruno Leone afirman que “Condenamos firme e indudablemente cualquier tipo de práctica que atenta contra el medio ambiente y nuestro entorno marino, atenta contra nuestra forma de vida, nuestra reputación y socava los esfuerzos que desde hace años hace el Ecuador apostando por una actividad pesquera basada en la sostenibilidad”. Asimismo, desde la CNP consideran fundamental que las leyes y buenas prácticas sean adoptadas por las flotas internacionales, no solo por las ecuatorianas, y que otros países apuesten también por la pesca responsable y sostenible como forma de garantizar el futuro. “Las flotas del Pacífico Oriental representamos solamente el 16% de la captura de atún a nivel mundial, es fundamental que haya acuerdos internacionales en este ámbito” añadió Leone.

LEGISLACIÓN Y PLANES PARA UNA PESCA SOSTENIBLE EN ECUADOR

Sobre FIP

Los proyectos de mejora pesquera, conocidos también como FIP, por sus siglas en inglés, consisten en el desarrollo de una planificación y posterior puesta en marcha de acciones para favorecer la sostenibilidad pesquera.

En estos se reúnen compradores de productos del mar, minoristas, procesadores, distribuidores, productores y organizaciones no gubernamentales (ONG). Los FIP apuntan a producir cambios en las prácticas de trabajo, minimizando problemas como la pesca ilegal, las capturas incidentales (captura no intencionada de peces y especies marinas) y los impactos medioambientales. Usualmente los FIP buscan certificaciones por actores internacionales en el sector.

En Ecuador para 2018, un total de 19 empresas ecuatorianas suscribieron un convenio para diseñar un FIP, con el fin de asegurar la sustentabilidad de explotación de peces pequeños, que son vitales para la industria de la harina, aceite de pescado y la producción de alimento balanceado para el camarón. Para el país, esta obtención supone lograr la certificación MSC de la pesquería de atunes.

Sobre estándar MSC

El MSC es una organización mundial, independiente, sin ánimo de lucro, creada con el objetivo de encontrar una solución al problema de la sobreexplotación de los recursos pesqueros. Esta entidad desarrolló un estándar para la pesca sostenible y uno para la trazabilidad de productos pesqueros con la participación de expertos. Dichos modelos aseguran que los productos del mar ecoetiquetados (sello azul) con el MSC, provienen de y pueden ser rastreados, hasta una pesquería sostenible.

Relevancia del MSC:

  • El MSC es un programa global en el que participan pesquerías de todos los océanos del mundo.
  • El programa del MSC sólo abarca pesquerías de captura salvaje
  • El MSC NO certifica pesquerías, fijan los estándares
  • El mercado para productos pesqueros sostenibles certificados crea un incentivo para las mejoras de las pesquerías
  • Las pesquerías en el programa MSC pueden influenciar las políticas pesqueras
  • Cada pesquería certificada con el MSC ha demostrado que mantiene stocks de peces sostenibles, minimiza los impactos medioambientales y está gestionada de forma eficiente.
  • Trabajan con pesquerías en países en vías de desarrollo para asegurar que accedan de forma equitativa a los beneficios de la certificación.
  • Cumplen con las mejores prácticas para ecoetiquetas y para la fijación de estándares sociales y medioambientales
  • El 23% de los compradores en los mercados mundiales reconocen la ecoetiqueta MSC
  • El MSC está ampliamente reconocido como líder en el ámbito del etiquetado sostenible de productos pesqueros