“No hay mal que dure 100 años” dice el refrán, y “el mal” -si pudiéramos llamarlo así- de haber recibido una ‘tarjeta amarilla’ por parte de la DG-Mare por algunas deficiencias en los mecanismos de control que el Estado debe realizar para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), está próximo a terminar.

Han pasado tres años desde que recibimos la tarjeta amarilla, y a raíz de ésta, de forma inmediata se conformó un comité interinstitucional público-privado que hasta el momento se ha reunido en 27 sesiones y que ha sido un ejemplo de integración y trabajo conjunto entre el MPCEIP, como autoridad pesquera y demás instituciones públicas relacionadas, con los gremios de la pesca, Cámara Nacional de Pesquería, Ceipa y Atunec.

Desde octubre de 2019 mucha agua ha corrido bajo el puente, comenzando con la tan esperada nueva Ley de Acuacultura y Pesca que constituyó el punto de partida de una serie de acciones para mejorar aspectos de control, sancionatorios, de organización, de tramitología, de coordinación interinstitucional, de trazabilidad y de transparencia, respaldados por una moderna plataforma tecnológica que aspiramos se convierta en un ejemplo en la región.

La visita anterior de la DG-Mare en el mes de abril fue satisfactoria y dejó muy pocos puntos que cubrir. Hoy estamos a dos semanas de una nueva inspección, la cual se espera que sería la última antes del levantamiento de la tarjeta amarilla. Si bien es cierto la tarjeta amarilla no implica ningún impedimento para las exportaciones de los productos de la pesca hacia la Unión Europea, nos pone en una incómoda situación que no agrega ningún valor y no se compadece con nuestra calidad de segundo productor mundial de atún y líder absoluto en calidad de nuestros productos.

Al inminente levantamiento de la tarjeta amarilla, si le agregamos el próximo otorgamiento de la certificación MSC para el atún barrilete, la consolidación del proceso de mejoramiento pesquero ‘Small Pelagics Sustainability’ y el inicio de un nuevo FIP para el camarón pomada que será lanzado en muy poco tiempo, nos hace pensar con mucho optimismo y sin temor a equivocarnos que se vienen tiempos mejores y el 2023 será un gran año para la pesca.

Abg. Rafael Trujillo

Director Ejecutivo, CNP