Hace pocas semanas los senadores de los Estados Unidos Robert Menéndez, James Risch, Tim Kaine y Marco Rubio presentaron en el Senado una iniciativa denominada Proyecto de ley para fortalecer la amistad entre los Estados Unidos y el Ecuador en apoyo a las instituciones democráticas y del respeto a la ley, el crecimiento económico sustentable e inclusivo y la conservación.
Esta iniciativa robustece la firme alianza ya existente entre nuestros Estados, que empezaron los expresidentes Lenín Moreno y Donald Trump, y que se ha afianzado mucho más con los presidentes Guillermo Lasso y Joe Biden.
En este contexto, hace pocos días se llevó a cabo en Guayaquil la 4.ª sesión del TIC (Trade & Investment Council Agreement) que se encuentra en segunda fase, como paso previo a entrar a negociar un Tratado de Comercio. Esta reunión de tres días en Guayaquil, liderada por el embajador Jayme White, delegado del director del United States Trade Representative (USTR), y Julio José Prado, ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (MPCEIP), dejó un balance muy positivo en las distintas áreas como la sustentabilidad, la conservación, la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, el respeto a los derechos humanos, la erradicación de tácticas de esclavitud y trabajo infantil, etc.
En nuestro sector, el viceministro de Acuacultura y Pesca, Andrés Arens, tuvo la ocasión de poner en evidencia los avances significativos que el país ha logrado en los últimos dos años en la lucha contra la pesca ilegal no declarada y no reglamentada (INDNR) y en el fortalecimiento institucional.
Volviendo a la propuesta de ley que está presentada en el Senado americano, creemos que esta debe ser reforzada incorporando una norma que otorgue exenciones arancelarias en productos clave, en compensación a la intensa lucha contra al tráfico de drogas que está librando el Gobierno ecuatoriano, que afecta en general a toda la sociedad y de manera particular a algunos de los sectores productivos de exportación. Si el ATPDEA, expedido a principios de los años 90, fue concebido precisamente para compensar en ese entonces al Ecuador, Perú y Colombia en su lucha contra el tráfico ilícito de drogas, hoy 30 años después, debido a la terrible situación actual del narcotráfico, se justifica mucho más.
Un Tratado de Libre Comercio por más buena voluntad que tengan los Gobiernos puede tomar algunos años, y bien podría aprovecharse la ocasión de la referida propuesta de ley para insertar algo parecido al ATPDEA, a manera de ‘puente’ hasta que el tratado comercial se haya negociado y entre en vigor. Estimo que una propuesta como esta podría gozar en los Estados Unidos de la simpatía y el apoyo mayoritario de ambos partidos y garantizaría de manera concreta una compensación en la lucha contra el narcotráfico a través de la creación efectiva de plazas de trabajo en los sectores más afectados por este terrible mal.
¡El momento es este!