La Asamblea Nacional finalmente aprobó la Ley de Fomento Productivo que hace casi dos meses fuera enviada con el carácter de “económica urgente” por el presidente de la República.
Tanto sectores políticos cercanos al gobierno y de otras bancadas políticas, como la mayoría de los sectores productivos tenemos gran confianza en que este paquete de reformas en buena medida impulsará la inversión y la reactivación de la economía y del sector productivo. Esta nueva normativa representa sin duda un giro en el modelo económico que el sector privado tanto había venido exigiendo desde hace mucho tiempo.
En lo que se refiere al sector atunero, la ley finalmente abrirá las puertas a la renovación de una flota que con un promedio de edad de 40 años, ha empezado a restarle competitividad, frente a modernas flotas de países del primer mundo.
Con el decidido apoyo que La Cámara dio a la ley, los armadores podrán importar con IVA tarifa cero barcos nuevos, así como sus maquinarias y equipos, avanzando con ello hacia la tan anhelada modernización de la flota.
Por otro lado, la eliminación del ISD para el mantenimiento de barcos en el extranjero –hecho que se da ante la inexistencia en el país de suficientes astilleros–, incentivará a los armadores que no puedan renovar su flota, para que al menos brinden un mejor mantenimiento a su antigua flota.
El último eslabón está en encontrar adecuados mecanismos de financiamiento en plazos, tasas y demás condiciones competitivas, para lo cual se han empezado a establecer los contactos con instituciones financieras tanto dentro del Ecuador como en el extranjero.
Se abre una nueva esperanza para que a través de nuevas unidades el sector mejore la competitividad, se ponga al día con las nuevas tecnologías y enfrente una competencia cada vez más dura en las pesquerías de alta mar.