La Unión Europea (UE) tiene establecido desde hace muchos años contingentes autónomos que permiten la importación libre de aranceles para diversos productos, entre ellos el de los lomos precocidos de atún. Este contingente ha venido aumentando progresivamente desde las 1.000 toneladas con un arancel del 12 % en 1997, hasta las 35.000 toneladas con cero arancel en el periodo actual 2024-2026 y que vencen el 31 de diciembre de 2026 (Reglamento 2023/2720).

El constante crecimiento de este contingente, que se fija cada dos o tres años, supuestamente concebido para garantizar a las fábricas de conservas europeas de suficiente abastecimiento de materia prima, lesiona a la propia flota atunera europea y a los socios comerciales legítimos, mientras beneficia en paralelo a países que no tienen un acuerdo comercial con la UE, básicamente asiáticos, y que no satisfacen los mismos estándares sanitarios y sociales que exige la UE a sus socios comerciales, como Ecuador, fomentando una competencia desleal.

Antes del aumento significativo de los contingentes autónomos, Ecuador gozaba de una ventaja competitiva en el mercado europeo debido a su acuerdo comercial con la UE. Sin embargo, esta ventaja se ha visto drásticamente afectada por nuestro socio comercial, al permitir la entrada cada vez mayor de productos de origen asiático en condiciones arancelarias similares, bajo el justificativo de medidas autónomas.

La mejoría de la trazabilidad, la sostenibilidad y el cumplimiento de estándares de la UE y finalmente la calidad en producto terminado con mayor valor agregado, termina siendo desvalorizado por este tipo de medidas de la UE, que terminan erosionando los beneficios negociados en el acuerdo comercial.

A pesar de que recién ha empezado el segundo año de vigencia del actual reglamento, ya los dirigentes de Anfaco-Cecopesca, la principal gremial conservera española, han empezado con mucha antelación el cabildeo ante las autoridades europeas para solicitar el aumento del contingente de 35.000 a 55.000 toneladas. Por este motivo, nuestro ministro activó su alerta oportuna, reuniéndose hace pocos días con el director de Comercio (DG Trade) de la Comisión Europea en su último viaje a Bruselas.

A pesar de que en este momento más urgente es acelerar las acciones para obtener el tan ansiado levantamiento de la tarjeta amarilla, no debemos descuidarnos ni un solo momento de este otro fantasma del contingente que se nos aparece cada dos años. Las actuales autoridades pesqueras y de Comercio, el ministro Luis Alberto Jaramillo y la viceministra Ivanova Cereceda tienen bien claras estas prioridades y gozan de todo nuestro apoyo y confianza para que el país pueda salir bien librado de estas amenazas y se defiendan los legítimos intereses nacionales negociados en el acuerdo comercial con la UE.

Abg. Rafael Trujillo

Director Ejecutivo, CNP