Después de que la mayoría de los analistas se preparó para una fase caracterizada por un dólar débil frente a un euro fuerte, una gran cambio ha llegado a los mercados financieros internacionales, debido a que el voto británico por salir de la Unión Europea ha enviado a la moneda del bloque a uno de sus mayores descensos en la historia. Esto supone mayores retos para la industria pesquera y en especial para las grandes procesadoras.
Un euro débil frente al dólar supone una desventaja competitiva para exportadores como Tailandia, Filipinas y Ecuador, que negocian con las importadoras europeas en dólares. Debido al Brexit el euro perdió un 4.5% de su valor frente al dólar haciendo los productos de estos países 4.5% más caros que el día anterior y más costosos frente a la competencia africana. A su vez países como las Seychelles y la Isla Mauricio acaban de obtener una ventaja de precios para sus exportaciones de atún enlatado, debido a sus negociaciones en euros.
La situación de la libra esterlina no es menos inestable, habiendo perdido el 10% de su valor en un día. Lucen particularmente precarias las condiciones para las importadoras británicas que hubieran hecho contratos de importación a largo plazo sin tomar en cuenta el valor de su moneda en tiempo real ya que, debido a esta pérdida de valor de la libra, automáticamente los precios de los productos pesqueros ecuatorianos, filipinos y tailandeses se han incrementado un 10%. Todo esto sin tomar en cuenta las condiciones en las que quedan las propias pesqueras británicas cuya exportación es 80% para la UE y que ahora tendrán que pagar aranceles de entrada.
Steve Norton, director ejecutivo del organismo comercial Seafood Grimsby & Humber, confía en que los negocios continuarán como de costumbre para el comercio y la industria procesadora -con una concentración de suministros de países extracomunitarios y en gran parte para el consumo interno-. No obstante, ha expresado preocupación acerca de la disponibilidad de financiamiento específico, como la otorgada por Bruselas.
Sin embargo en muchas zonas pesqueras del Reino Unido respaldaron la salida de la UE a pesar de los temores en torno a las importaciones extranjeras y a las exportaciones a la propia Europa. Mike Park, director ejecutivo de la Asociación de Productores de Pescado Blanco de Escocia, dijo que la mayoría de los miembros de su organización quería que el Reino Unido saliera de la UE: «la política pesquera de la UE tiene fallas, y es por eso que muchos pescadores votaron a favor de salir», agregó.
«Pero tenemos que admitir que hay peligros importantes para la industria si los gobiernos del Reino Unido y Escocia no reaccionan al mensaje muy claro de concentrarse en un nuevo enfoque que reconozca a los propios pescadores y sus comunidades como los actores fundamentales», recalcó.
Sin embargo para Paul Trebilcock, presidente ejecutivo de la Organización de Productores de Pescado de Cornualles Ltd., los que apoyaron la campaña ‘Brexit’ con el fin de ayudar a los pescadores de Cornualles ahora deben hacer honor a sus palabras: «los que votaron por salir, como el legislador George Eustice, han generado expectativas de que la salida mejorará a la industria pesquera, y ahora necesitan cumplir, porque no hay lugar donde esconderse», declaró Trebilcock.
El dirigente pesquero añadió que las poblaciones de peces están aumentando y después de las recientes mejoras, la industria se está haciendo cada vez más sostenible. Por consiguiente, opina que Gran Bretaña tendrá que asegurar que este sector no está «en peligro» por salir de la UE.