LA Reestructuración que vive el instituto nacional de pesca es la oportunidad para recobrar su misión primigenia
Desde el pasado 9 de febrero el Instituto Nacional de Pesca vive una etapa de reestructuración que representa una gran oportunidad para mejorar y fortalecer su misión primigenia que es la investigación y el desarrollo de las actividades pesquera y acuícola del país.
Esto a raíz del Decreto Ejecutivo 1311 que dispuso transferir del Instituto Nacional de Pesca a la nueva Subsecretaría de Calidad e Inocuidad del Ministerio de Acuacultura y Pesca, sus atribuciones de análisis y control de calidad de los productos pesqueros y acuícolas, así como las relativas al control sanitario e inocuidad de todos los establecimientos de ambas cadenas productivas.
Etapa de reestructuración
Nikita Gaibor, actual Subdirector Técnico-Científico de la institución, señala que efectivamente el Instituto Nacional de Pesca vive una nueva etapa de reestructuración para dar cumplimiento al Decreto Ejecutivo 1311 del 9 de febrero del año anterior.
Agrega que, además y mediante el Decreto Ejecutivo 1435 del 23 de mayo del 2017, se define a la entidad como Instituto Público de Investigación y se lo vincula con los actores del sistema nacional de ciencia, tecnología, innovación y saberes ancestrales.
Investigación relegada
Puntualiza que el INP, en la última década, fue considerado como la fortaleza de las exportaciones pesqueras y acuícolas del país, en el ámbito sanitario, e inclusive tuvo el reconocimiento como autoridad competente por parte de las autoridades sanitarias de varios países del mundo; sin embargo, debido al esfuerzo desplegado por la institución en fortalecer los controles sanitarios, se dejó relegado su principal campo de acción que es la investigación.
Inestabilidad financiera
Adicionalmente, dice Nikita Gaibor, en los últimos años el instituto ha sufrido una inestabilidad financiera, la cual ha repercutido en la actual crisis institucional, debilitando los programas de investigación y limitando la elaboración de los informes necesarios sobre el estado de los recursos pesqueros para la toma de decisiones, al no poder ejecutar oportunamente y en la forma más adecuada los estudios requeridos.
“Esta transferencia de funciones, junto con la necesidad de crear procesos sustantivos que aseguren la investigación científica, significa para el INP cambios en su orgánico funcional, administrativo y en su personal, pero así mismo representa un gran desafío y oportunidad para mejorar y fortalecer el trabajo de investigación de los recursos hidrobiológicos”, subraya el directivo.
Más de cinco décadas
Nikita Gaibor recordó que el INP fue creado por el Gobierno ecuatoriano en 1960, con apoyo de la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la asesoría de expertos europeos y estadounidenses.
Para su creación se establecieron el organigrama y el programa de investigación que se requería en esos momentos para transformar la pesca marina en una vía de crecimiento económico. A partir de entonces, el INP desarrolló las primeras investigaciones pesqueras en Ecuador con la finalidad de empezar a conocer la riqueza de nuestros mares y evaluar los potenciales de su explotación.
Una herramienta importante para efectuar estas actividades lo constituyeron las embarcaciones de investigación (B/I Huayaipe, B/I Saint Jude, B/I La Pinta, B/I Tohalli, y L/I Proteo), las que han servido para realizar cruceros de prospección acústica y evaluación pesquera en el mar ecuatoriano, y contribuyeron, además, con importante información para el Estudio del Fenómeno El Niño a nivel regional.
Financiamiento adecuado
Destaca que el INP requiere un apoyo gubernamental efectivo para asegurar un financiamiento adecuado, así como un mecanismo que asegure un ingreso económico, el que podría ser a través de un porcentaje de las exportaciones pesqueras y acuícolas, para realizar las investigaciones. Igualmente, es necesario que sus funcionarios, capacitados a nivel nacional e internacional, sean reconocidos económicamente de acuerdo con sus capacidades y tengan una estabilidad laboral para que se concentren en sus tareas, desarrollen planes de investigación de mediano y largo plazo, y aporten con un gran volumen de conocimientos sobre los diferentes recursos hidrobiológicos que existen en la costa, sierra y amazonia.
El INP, además de establecer un trabajo coordinado con los sectores productivos, tiene el desafío de establecer alianzas sólidas con otros actores en la investigación nacional, como son las universidades que tienen un enfoque en las ciencias y tecnologías marinas, para que en acciones coordinadas se estudien aquellos recursos de interés de la pesca y la acuicultura, y se contribuya en la formación del futuro profesional.
“Todas estas acciones permitirán fortalecer al Instituto Nacional de Pesca, a fin de proveer de importante información científico-técnica de los recursos hidrobiológicos para el establecimiento de medidas de ordenamiento pesquero y la sostenibilidad de los recursos explotados, así como también contribuir, a través de la transferencia de tecnología y el mejoramiento de los sistemas productivos, al desarrollo de los sectores pesquero y acuícola, concluye Nikita Gaibor.
Es vital Nueva embarcación
Señala que en la actualidad, el B/I Tohalli, construido en astilleros noruegos y adquirido por el Gobierno ecuatoriano en 1977, es la única embarcación con que cuenta el país para realizar investigaciones en áreas de interés pesquero, sin embargo no está operativa, por lo que las alternativas para retomar los cruceros de investigación son: contar con una buena inversión para extender la vida útil de esta embarcación o adquirir un nuevo buque científico que esté acorde a las actuales necesidades de investigación.
“Hoy, después de 56 años, y una vez que se ha producido la escisión de sus competencias relativas al control sanitario e inocuidad de todos los productos pesqueros y acuícolas, el instituto debe asumir el reto de que la nueva estructura orgánica que se está trabajando esté acorde con su misión primigenia que es la investigación y el desarrollo de las actividades pesquera y acuícola del país”, subraya.
Resalta que para aquello es necesario que el nuevo INP aborde el estudio de la complejidad de los sistemas pesqueros mediante la integración de disciplinas provenientes de la dimensión humana y biofísica de la pesca, y que el conocimiento recopilado y producido a partir de proyectos de investigación pesquera inter y transdisciplinarios, sean el fundamento en la toma de decisiones para el sector.