Alexander C. R. Hammond relata la increíble historia del ingenio humano en torno a la revolución en la industria pesquera islandesa, la cual ha logrado que hoy el principal propósito de un bacalao rinda mucho más que un filete de pescado de $12.

Algo raro ha pasado con la pesca de Islandia. En las aguas islandesas, las cifras para el bacalao han llegado a un nivel históricamente alto. Pero en lugar de aprovechar esta oportunidad de una bonanza pesquera, la captura anual ha caído en un 45 por ciento desde 1981. A lo largo del mismo periodo, el valor total exportado de los productos islandeses de bacalao ha aumentado en más de un 100 por ciento. La causa de esta tendencia peculiar y aparentemente contradictoria se explica en parte por la Ocean Cluster House de Islandia o lo que comúnmente se denomina el “Silicon Valley de la pesca blanca”.

Sobre el malecón de Reikiavik, la Ocean Cluster House alberga 120 nuevos emprendimientos marinos, todos los cuales están enfocados en “utilizar 100 por ciento de la pesca”. En otras palabras, estas son empresas desarrollando ideas que utilizan carne, aceite, piel, huesos e intestinos de pescados, para derivar valor de productos que de otra forma fuesen descartados. “De un bacalao podemos obtener $12 por el filete. Pero si usamos todo el pescado podemos derivar $3.500 por cada bacalao”, explica el fundador del Ocean Cluster HouseThor Sigfusson. Él señala que la “estrategia de valor agregado cuestiona la noción de que el propósito principal de un pescado es un filete”.

Sigfusson cuestiona a aquellos que creen que “la pesca alrededor del mundo necesita capturar más pescados”. En cambio, él argumenta que los pescadores deben reducir el desperdicio utilizando el 55-60 por ciento del pescado que todavía no se utiliza. Gracias al ingenio humano “se puede hacer más con menos”, explica Sigfusson. Aquí hay tan solo algunas de las ideas innovadoras que están revolucionando la industria pesquera islandesa y demostrando que el ingenio humano puede agregar valor a los materiales anteriormente desperdiciados y a los procesos:

  • Penzim – Un producto en gel realizado con encimas de los intestinos del pescado; suaviza y cura la piel dañada y alivia el dolor en las articulaciones.
  • Alda – Una bebida con sabor a limón desarrollada utilizando el colágeno marino.
  • Dropi – Medicina del hígado apestoso del bacalao transformado en un lujoso y fresco suplemento de Omega 3.
  • Kerecis – Hacen vendas médicas con la piel del bacalao. Estas sirven para tratar heridas, quemadas y otros daños al tejido —incluyendo el tratamiento de heridas de pie diabético que de otra forma se infectarían, resultando en una amputación.
  • Omega3 Pectus – Kerecis también está trabajando en un producto que sería utilizado en la reconstrucción de senos, reemplazando el hilo de soporte de nylon con piel de pescado.
  • Reykjavik Foods – Convierten al pescado enlatado en un producto de lujo al agregarle trufas y un empaquetado de gama alta.
  • Cabezas de pescado secas y lámparas realizadas con el esqueleto del pescado – Ocean Cluster House vende cabezas de pescado secas por $8 en su tienda de recuerdos, los cuales sirven a un mercado nicho de turistas.
  • Fish jerky – La tienda en Ocean Cluster House ahora vende este tipo singular de “jerky”.
  • Feel Iceland – Una empresa que se concentra en productos cosméticos para combatir el envejecimiento y que son hechos con colágeno y encimas marinas.
  • El Cherry Tree – Una tienda de arte y diseño que vende ropa y accesorios hechos con piel de pescado, incluyendo carteras, cinturones y corbatines.

Ocean Cluster House ha empezado a esparcir estas prácticas que mejoran la eficiencia a nivel global y tiene sus ojos puestos en los mercados norteamericanos, donde actualmente se ha estimado que entre el 40 y 47 por ciento de la pesca comestible se desperdicia. Islandia ahora utiliza un 80 por ciento de cada bacalao que es capturado.

El cambio visto en la industria pesquera de Islandia es tan solo un ejemplo de las formas pioneras en que el ingenio humano puede crear más trabajos y agregar mayor valor mientras que se utilizan menos recursos o aquellos que antes no se utilizaban. Conforme la humanidad se vuelva más educada, interconectada e innovadora, es probable que otros sectores experimenten cambios similares, haciendo más próspera la vida de todos.

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