Franklin Ormaza Gonzalez, PhD
Cámara Nacional de Pesquería
La Niña, El Niño, y Condiciones neutras.
Desde el 22 de junio, se declararon las condiciones oceanográficas y meteorológicas neutras en área 3.4. Las condiciones en 3.4 (Fig. 1) pueden ser catalogadas como El Niño, la Niña y condiciones neutras
El Niño: Anomalías TSM, >+0.5C (promedio de 5 meses). SOI <7
La Niña: Anomalías TSM, <-0.5C (promedio de 5 meses). SOI >7
Neutro: Anomalías TSM +0.5 a -0.5C (no está el periodo). El periodo no está oficialmente establecido, pero debe ser igual a los anteriores. SOI +7 a -7.
Además, las condiciones meteorológicas (Southern Oscillation Index, SOI) deben estar acopladas y superar umbrales determinados de diferencia de presión atmosférica entre la Isla Tahití y Darwin (Australia). Así, el SOI para La Niña es >7, para El Niño es <-7, y para condiciones neutras se encuentra entre -7 y +7. Este índice debe mantenerse en esos rangos durante al menos tres meses consecutivos. Ambas variables deben estar acopladas por un periodo mínimo de 3 a 5 meses.
Las condiciones neutras plenas han prevalecido desde junio hasta el presente. Este reporte actualiza las condiciones en el Pacífico Este, principalmente en las áreas 3.4, 3 y 1+2.
Condiciones neutras a noviembre de 2025
Oceanografía. Las variables oceanográficas, esto es, las anomalías de temperatura superficial del mar (ATSM) en la región 3.4, se han mantenido en estado neutro negativo desde mediados de julio; es decir, las ATSM han oscilado entre 0.0 °C y -0.5 °C (Fig. 2). El dato más reciente, al 10 de noviembre, es de 0.6 °C, superando el umbral (-0.5 °C) para entrar en condiciones de La Niña, tal como lo ha declarado la NOAA desde hace cuatro semanas (Fig. 1).
Por otro lado, las ATSM en las regiones 4 y 3 también transitaron de valores neutros positivos (0.0 °C a
+0.5 °C) a neutros negativos (0.0 °C a -0.5 °C) en el mismo periodo. Sin embargo, en la región 1+2, las ATSM han oscilado de manera constante, pasando de neutro positivo a negativo y viceversa en periodos relativamente cortos (semanas); por ejemplo, a finales de octubre se registró +0.3 °C, y actualmente es de -0.2 °C. Más recientemente, al 10 de noviembre, las ATSM fueron de -0.5 °C, -0.7 °C y -0.6 °C para las áreas 4, 3.4 y 3 respectivamente, lo que indica que todo el Pacífico ecuatorial central y oriental se encuentra en condiciones de La Niña desde el punto de vista oceanográfico.
Fig. 1. Declaración oficial de la NOAA de las condiciones prevalente en el área 3.4 al 10 Noviembre 2025.
Fuente: https://www.climate.gov/news–features/ .
Meteorología. El Índice de Oscilación del Sur (SOI) ha estado oscilando en condiciones neutras, es decir, superiores a +7 y dentro del rango de -7 a +7, desde mayo 2025 en los últimos meses (Fig. 3), lo cual registra un casi inusual estado neutro. Sin embargo, desde finales de octubre ha pasado a >7.0 de manera persistente llegando a 13.1 (Fig. 3).
En resumen, al momento de escribir este reporte, las condicionase oceanográficas y meteorológicas prevalentes indican La Niña desde finales de octubre. Sin embargo, deben estar acopladas por al menos tres meses continuos para poder declarar la Niña 2025-2026.
Fig. 2. Condiciones ATSM en las regiones El Niño 4, 3.4, 3 y 1+2 desde diciembre 2024 a Noviembre 2025.
Fuente: https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products. Reporte al 10 noviembre.
Fig. 3. Valores de SOI en tiempo. La elipsis (en rojo) desde mayo a l 11 noviembre en estado neutro.
Proyecciones para el cuarto trimestre del 2025.
A finales de agosto, la NOAA emitió una alerta de “La Niña Watch” (Fig. 1), lo que indica que múltiples variables apuntan a un enfriamiento continuo de la temperatura superficial del mar en las regiones típicamente asociadas al fenómeno El Niño. Se identificaron dos ondas Kelvin frías ascendentes desplazándose hacia el este: una desde agosto y la segunda desde septiembre, que impacta la región
Niño 1+2. Estas ondas ascendentes se reflejan en la pérdida de contenido de calor en la columna de agua (0–300 m) a lo largo del Pacífico ecuatorial, entre 100°W y 180°W (Fig. 5). El contenido de calor ha oscilado entre –0.4 °C y –0.6 °C desde mediados de julio hasta noviembre. Desde septiembre se ha mantenido alrededor de –0.6 °C, lo que ha sostenido de manera consistente anomalías negativas en la temperatura superficial del mar.
Al 15 de noviembre, las condiciones atmosféricas y oceánicas muestran un acoplamiento claro, lo que refuerza la probabilidad de desarrollo de La Niña. Las proyecciones actuales estiman un 71 % de probabilidad de que se establezcan condiciones de La Niña entre noviembre y diciembre, frente a un 30 % de probabilidad de que persista un estado ENSO-neutral hasta finales de 2025. Cabe destacar que, para declarar oficialmente el inicio de La Niña, el Índice de Oscilación del Sur (SOI) debe mantenerse por encima de +7 durante al menos dos o tres meses consecutivos.
Fig. 4. Ondas Kelvin (líneas punteadas). Fuente: https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/.
Fig. 5. Anomalía de contenido de calor en la columna de agua 300 m desde 180 a 100W desde Diciembre 2024 a Noviembre 2025. Fuente: https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/.
Las proyecciones de modelos matemáticos y estadísticos sugieren que el Pacífico ecuatorial (área 3.4) podría entrar en plenas condiciones de La Niña en diciembre, e incluso a finales de noviembre, de acuerdo con el promedio de 26 modelos (estadísticos y dinámicos; Fig. 6), siempre y cuando el SOI se mantenga acoplado durante los próximos meses. No obstante, se prevé que el evento sea corto y débil, con anomalías entre –0.5 °C y –1.0 °C. Posteriormente, entre enero y febrero de 2026, las condiciones retornarían a un estado neutro, y hacia finales de marzo o inicios de abril podrían establecerse condiciones neutras positivas.
La Met Office, con datos al mes de noviembre, proyecta ATSM inferiores a –0.5 °C entre noviembre y enero (Fig. 7), lo que respaldaría la declaración de un evento La Niña 2025–2026 débil y de corta duración, similar al observado en 2024–2025.
En conclusión, actualmente persisten condiciones neutras, aunque existen señales consistentes que apuntan a la posible declaración de La Niña 2025–2026. Se recomienda esperar al menos hasta diciembre para contar con una configuración más robusta y confiable de las proyecciones.
Fig. 6. Proyección de diferentes modelos estadísticos y dinámicos hasta inicios del 2026. Amarillo Ni Amarillo Niña, negro: Neutro negativo, rojo neutro negativo. Fuente: https://iri.columbia.edu/ (ultimo acceso octubre 2025)
Fig. 7. Proyecciones de la ATSM en 3.4 y 1+2 de la Met Office de Reino Unido. Fuente: https://www.metoffice.gov.uk/.
Área 1+2
El comportamiento de las condiciones oceanográficas superficiales en la región 1+2 ha seguido el patrón típico de la estación de verano ecuatoriano, tal como fue explicado en el último anterior.
Desde finales de julio, las anomalías de temperatura superficial del mar (ATSM) en la región Niño 1+2 fueron positivas, alcanzando valores de hasta +0.7 °C. Sin embargo, hacia finales de septiembre, estas anomalías descendieron, manteniéndose entre 0.0 y -0.4 °C. En octubre, se observó un nuevo incremento hacia valores neutros positivos, pero a inicios de noviembre las ATSM volvieron a ser ligeramente negativas (-0.2 °C) (NOAA, 2025).
El frente térmico ecuatorial, una estrecha franja superficial con temperaturas entre 19 °C y 26 °C, se ha mantenido ligeramente al sur de la línea ecuatorial, ubicándose actualmente entre el sur del Golfo de Guayaquil y la propia línea ecuatorial, lo cual es característico de esta época del año (Kessler, 2006).
Este comportamiento oceanográfico se explica por el reforzamiento de los vientos alisios del sur desde inicios de mayo, en coincidencia con presiones atmosféricas superiores al promedio registradas en el anticiclón del Pacífico (A, >1025 hPa). Se han registrado velocidades de viento de hasta 12 m/s en mar abierto y alrededor de 5 m/s en la zona costera (Fig. 8, Estación D), con dirección predominante sur y suroeste. No obstante, el anticiclón ha mostrado variabilidad en posición e intensidad, lo que ha generado fluctuaciones en la fuerza de los vientos (Ormaza-González and Cedeño, 2021).
Por otro lado, los vientos alisios del Atlántico también han estado intensos, empujando hacia el sur aguas cálidas y de baja salinidad, que han alcanzado el sur del Golfo de Guayaquil. Este fenómeno ha contribuido a que las ATSM se mantengan relativamente altas para la época, y que las isotermas de temperatura superficial del mar (TSM) se desplacen hacia el sur (McPhaden et al., 2006; Wyrtki, 1975).
Cuando los vientos son intensos, transportan aguas frías desde el sur hacia la línea ecuatorial, lo que provoca un incremento en la corriente de Humboldt. Esta ha registrado velocidades de hasta 1.9 m/s, acompañadas de fuerte oleaje que incluso ha afectado las costas con olas (swell) de más de 2.7 m de altura (Chevallier et al., 2020). El desplazamiento de aguas superficiales puede, a su vez, generar afloramientos de aguas profundas (upwelling), lo que produce un notable aumento en la concentración de nutrientes básicos como fósforo, nitrógeno, sílice, metales, entre otros. Este enriquecimiento favorece la fotosíntesis del fitoplancton y la integración de flujos de energía hacia niveles tróficos superiores, como peces pelágicos, lo que mejora las condiciones para la pesca (Dugdale, 1980; Kämpf and Chapman, 2016)
Estación D – Observación in situ
En la estación oceanográfica costera (ver Fig. 8), monitoreada por el suscrito y Dafne Vera, se realizaron mediciones in situ el 8 de noviembre a las 11:00. Los valores registrados fueron los siguientes:
Temperatura superficial del mar (Tsea): 23.2 °C
Temperatura del aire (Tair): 23.6 °C Salinidad: 34.5 pH: 8.13
Velocidad del viento: 4.02 m/s, con ráfagas de hasta 5 m/s
Oleaje: ligeramente superior al promedio, con altura de 1.2 m y periodo de 12 s
Cobertura nubosa: >7/8
Radiación solar: 408 W/m²
Fauna observada: menor presencia de lobos marinos
Actividad humana: escasa afluencia de turistas
Contaminación plástica: playa limpia, presencia ocasional de micro plásticos
En general, las condiciones observadas reflejan un estatus neutro oceanográfico y meteorológico, característico de esta época del año. Los valores registrados coinciden con los datos satelitales disponibles, lo que valida la consistencia entre observaciones remotas y mediciones locales
Fig. 8. Estación D (~2.1S, ~81W). Datos medidos in situ 8 Noviembre (11:00). Fuente: F Ormaza y D Vera. Ver: https://x.com/FranklinOrmaza1.
Proyecciones de condiciones oceanográficas en Áreas 1+2
En los pronósticos oceanográficos y meteorológicos, debe considerarse como piedra angular la incertidumbre exponencial asociada al tiempo de proyección. A juicio del autor, en oceanografía un horizonte de 15 días puede ser aceptable, mientras que en meteorología el rango temporal se reduce a pocos días, debido a la mayor variabilidad atmosférica (Kessler, 2006; McPhaden et al., 2006). En la región Niño 1+2, los modelos proyectan anomalías de temperatura superficial del mar (ATSM) dentro del rango neutro negativo (0.0 a -0.5 °C) hasta febrero de 2026 (Fig. 9). Para los meses de noviembre y diciembre, se prevé que las ATSM se mantengan ligeramente negativas, como ya se ha observado, aunque aún dentro del rango neutro. De forma similar, la MetOffice (Fig. 5) proyecta ATSM inferiores a -0.5 °C, lo que corresponde a condiciones típicas de La Niña en la región 1+2.
No obstante, para esta consultoría, si bien los modelos apuntan hacia un escenario neutro negativo, no se descarta la posibilidad de un comportamiento similar al observado en 2017 (Ormaza-González & Cedeño, 2017), caracterizado por temperaturas superficiales elevadas, lluvias intensas y condiciones propias de un invierno fuerte pero breve.
Fig. 9. Condiciones ATSM en 1+2 desde inicios del 2025. Proyecciones hasta inicios del 2026. Fuente:
https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/CFSv2/imagesInd3/nino12Sea.gif.
Conclusiones
- Se registran condiciones la Niña (en 3.4) acopladas con el SOI. Si se mantienen al menos hasta diciembre, se podría declarar Evento La Niña 2025-2026
- Este evento será corto y débil.
- Existe una probabilidad del 71 % de que se desarrollen condiciones La Niña a partir de noviembre-diciembre.
- En la región 1+2, las anomalías de temperatura superficial del mar (ATSM) neutras negativas prevalecerán al menos hasta inicios de 2026.
- En las regiones 1+2 y 3, se presentan condiciones térmicas ideales para el atún y especies pelágicas pequeñas como la botella e incluso la anchoveta, especialmente al suroeste del Golfo de Guayaquil.
- Los niveles tróficos se encuentran fortalecidos por la influencia de la corriente de Humboldt y su aporte de nutrientes.
- Los niveles de clorofila 1-3 mg/m3, relativamente para mantener una biomasa pesquera (pelágica, meso pelágica, demersal)
- Las precipitaciones en la zona costera siguen por debajo del promedio. En Guayaquil, actualmente se registran valores cercanos a 0 mm/mes, con un déficit de lluvias sostenido desde mayo hasta noviembre.
- Limitaciones y virtudes del análisis
Este análisis se basa en datos satelitales, observaciones in situ y modelos climáticos disponibles hasta noviembre de 2025. Si bien ofrece una visión integral del estado oceanográfico y meteorológico en la región ecuatorial del Pacífico, existen limitaciones inherentes a la predictibilidad temporal, especialmente en meteorología, donde las condiciones pueden cambiar abruptamente en escalas de días. Además, la resolución espacial de algunos modelos puede no capturar dinámicas costeras locales con suficiente precisión. No obstante, el estudio presenta virtudes destacables, como el uso combinado de múltiples fuentes de información, la continuidad del monitoreo en estaciones costeras, y la integración de variables ecológicas como clorofila y biomasa pesquera, lo que permite una evaluación más holística del impacto de La Niña en los ecosistemas marinos y en la actividad pesquera regional.
Referencias.
Chevallier, A., Stotz, W., Ramos, M., & Mendo, J. (2020). The Humboldt Current Large Marine Ecosystem
(HCLME), a Challenging Scenario for Modelers and Their Contribution for the Manager. In Marine Coastal Ecosystems Modelling and Conservation (pp. 27–51). Springer
Dugdale, R. C. (1980). Effects of Source Nutrient Concentrations and Nutrient Regeneration on
Production of Organic Matter in Coastal Upwelling Centers. In Coastal Upwelling: Its Sediment Record (pp. 175–182)
Kämpf, J., and Chapman, P. (2016). Seasonal Wind-Driven Coastal Upwelling Systems. In Upwelling Systems of the World (pp. 315–361).
Kessler, W. S. (2006). The circulation of the eastern tropical Pacific: A review. Progress in Oceanography, 69(2–4), 181–217.
McPhaden, M. J., Zebiak, S. E., & Glantz, M. H. (2006). ENSO as an integrating concept in Earth science. Science, 314(5806), 1740–1745.
NOAA Climate Prediction Center. (2025). ENSO Diagnostic Discussion – November 2025
Ormaza-González, F., and Cedeño, J. (2021). Oceanographic variability and coastal dynamics in the Ecuadorian Pacific margin. Revista de Ciencias del Mar, 35(2).
Wyrtki, K. (1975). El Niño—The dynamic response of the ocean to atmospheric forcing. Journal of Physical Oceanography, 5(4).