Uno de los pioneros de la industria atunera en nuestro país es don Agustín Jiménez Santistevan, actual gerente de la empresa Pespaca.
Se trata de un industrial que desde su juventud escogió el ser creativo en cosas y ver las oportunidades que había en esa época, no eran fáciles, no había créditos, no había cómo desarrollarse, especialmente en los espacios industriales, según comenta.
Cuenta que había facilidades para el comercio, pero en la parte de industria no era fácil poder desarrollarse. En vista de eso, habiéndose trasladado a Manta por asuntos comerciales, se dio cuenta del potencial que había, porque el atún entraba en determinadas épocas del año y prácticamente estaba encima de la ciudad.
“Fue por 1957 en que estando en Manta me di cuenta de que había embarcaciones pequeñas que iban, venían y hacían hasta dos viajes al día y la gente de la ciudad los miraba pescar. Luego me casé y me propuse hacer una embarcación mayor, cosa que no era nada fácil, pero que finalmente lo terminé haciendo.”
Primera cooperativa pesquera
Jiménez explica que para poder construir esa primera embarcación tuvo que promover una cooperativa, que fue la primera cooperativa pesquera del Ecuador y se llamó Cooperativa de Producción y Crédito Manabita (Carpem).
Con la cooperativa pudimos acceder a créditos en el Banco de Fomento, el cual nos asistió para construir siete embarcaciones cañeras para los asociados; así fue como se inició el desarrollo de la pesca atunera en el país.
El tiempo fue pasando y se comenzaron a ver las primeras empresas de harina de pescado que capturaban toda esa enorme cantidad de especies menores a lo largo de toda la costa ecuatoriana y que era el alimento que comía el atún al ingresar a Manta.
Al principiar a escasear la comida para los peces grandes, estos comenzaron a alejarse y las manchas de atún cada vez se las encontraba más lejos.
Considero que esto fue producto de un mal manejo de las pesquerías, ignorando una cosa que la naturaleza nos ha enseñado toda la vida, que los peces necesitan comer y que los peces grandes comen peces más chicos y si no hay estos entonces comienzan a alejarse en busca de ellos.
Sin embargo, hay empresas productoras de harina que sí cuidan eso y son de las más grandes, las que sobreviven aún pese a todas las dificultades que existen.
Así me inicié y ya cuando estoy casi terminando mi vida, en todo sentido, lo único que lamento es que no hayamos podido controlar bien los recursos, porque la pesca se ha manejado a nivel político, y eso no puede ser, la pesca tiene que ser manejaba a nivel técnico y científico.
Desarrollo de la industria atunera
Agustín Jiménez destaca que la industria atunera se hizo por dos razones, primero que el atún es un animal pelágico, es decir que tiene piel, no tiene escama y es fácil de manejar, además de sus enormes propiedades alimentarias. Y la segunda es el mercado, tener a quién venderle el producto.
Al principio el atún no lo comía todo el mundo, no lo comían en Estados Unidos, ni en Europa, pensaban que era un producto de segunda, inclusive los países árabes, pero luego comenzaron a cambiar y de repente el atún se convirtió en una proteína que es de fácil digestión para todas las edades del ser humano.
Básicamente lo que ha contribuido al desarrollo de la industria atunera se llama una sola cosa, que es tener mercado donde vender.
Los nuevos actores del sector que fueron apareciendo han contribuido con ideas, en la comercialización de los productos y la apertura de nuevos mercados.
Productos y mercados
“Usted puede tener la fábrica más linda, el barco más hermoso, pero si no tiene a quién venderle, no le vale de nada. En el Ecuador, por ejemplo, la empresa es el 50% del negocio y el otro 50% es la comercialización, poder vender el producto, tener el mercado”, enfatiza Agustín Jiménez.
Agrega, “usted no puede construir una empresa para embodegar el atún, necesita procesarlo y venderlo enseguida, si lo comienza a guardar quiebra, así de sencillo, no hay capacidad, porque es mucho y vale mucho, por eso sostengo que el desarrollo atunero lo han hecho los mercados.”
Se han hecho bien las cosas
Para Agustín Jiménez la industria atunera es un sector que ha hecho bien las cosas, una prueba de ello es que la pesca ha llegado a exportar más de 1.500 millones de dólares anuales.
Sin embargo, considera que hay que tener cuidado con su desarrollo, que este sea orientado a que se sostenga, no puede ser que un año sí haya recursos y otro año no, hay que tener mucho cuidado con el mar, hay que cuidar el mar.
El SGP fue vital
Jiménez recuerda que cuando estaba de presidente de Fedexpor recibió una llamada del canciller de ese entonces, Diego Cordovez, en el gobierno de Rodrigo Borja. Me dice “’mire Agustín’, en estos momentos existen unos diálogos, auspiciados por el gobierno de los Estados Unidos, que lo presidía George Bush padre, para que al grupo andino, que en ese momento lo integraban Venezuela, Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia, se les concedan unas preferencias arancelarias o SGP, esto es para poder exportar una larga lista de productos sin pagar aranceles”.
Me indicó que ese beneficio era para que los agricultores se alejen de los cultivos de drogas, pero que al Ecuador no lo estaban tomando en cuenta porque nuestro país no tenía ese problema.
Entonces vine, me moví, y en esos días la Policía había cogido drogas, saqué todos los recortes que había, igual lo hizo el canciller Cordovez y dimos todo esa información a los que estaban trabajando en el SGP andino y con eso logramos que incluyeran al Ecuador.
¿Qué sucedió con esa inclusión?, que el día de hoy y gracias a ese SGP le vendemos mucho atún y otros productos a Europa y a los Estados Unidos.
Una vez firmado el documento que nos concedía las preferencias arancelarias nació la empresa Empesec-Star Kist, con la que comenzamos a vender atún a Francia, mercado al que antes no le vendíamos nada.
La bonanza que le ha dado a nuestra industria atunera las preferencias arancelarias y luego los acuerdos comerciales con Europa y Estados Unidos hicieron posible el Ecuador atunero de hoy.
Recientemente falleció el expresidente George Bush, y era necesario reaccionar como se lo hizo a través de la Cámara Nacional de Pesquería y de Fedexpor, haciéndole llegar nuestras condolencias al embajador de los Estados Unidos en nuestro país por la partida de un gran ser humano y para quien el Ecuador, y en especial el sector atunero, le guardamos una enorme gratitud.
En lo que respecta a nuestro país un personaje digno de resaltar fue el Dr. Luis Chacón, cuya gestión logró la unión entre la gente que la integraba los subsectores de conservas, los camaroneros y nosotros los atuneros. Gracias a su trabajo hicimos una asociación pesquera, la que luego se convertiría en la Cámara Nacional de Pesquería, y que permitió que todos tengamos participación y representación cuando había leyes que podían afectarnos o leyes que pudieran protegernos, hizo un gran trabajo.