En esta oportunidad la revista Ecuador Pesquero entrevistó al Ing. Carlos Cacao M., Director y Vicepresidente de Empresa Pesquera Polar S. A. y Presidente de la Comisión de Pelágicos Menores de la Cámara Nacional de Pesquería, con el propósito de conocer la situación actual de este importan-te subsector de la pesca, su problemática y las perspectivas que presenta.

¿Esta comisión de pelágicos menores es algo nuevo, qué se busca con ella?

Sí, efectivamente este es un ente nuevo que se creó dentro de la Cámara Nacional de Pesquería para tratar en comité los problemas inherentes al sector de pelágicos menores.

El sector tiene ciertas problemáticas y se creó esta comisión para buscar las pautas e ir resolviendo los temas que afectan al sector. Ahora que hay un nuevo Ministerio de Pesca y Acuacultura, se ha concertado una vía de comunicación entre este Ministerio y la Cámara Nacional de Pesquería, a través de esta Comisión. Será la primera vez que tendremos esta representación del sector de pelágicos menores frente a las autoridades de pesca.

¿Cómo le fue al sector de pelágicos menores en el 2016?

Yo creo que fue un buen año el 2016, hubo buenas capturas aunque los precios estuvieron fluctuantes, a inicios de año altos, luego bajaron para los últimos meses, pero el promedio de precios de los exportadores estuvo digamos que aceptable.

Hubo mucha captura aunque con situaciones anormales como fue la presencia de especies que no habían aparecido desde hace muchos años y que lamentablemente estaban incluidas en una lista de prohibición para elaborar harina de pescado.

¿Y en lo que va del presente año cómo van las cosas?

En estos primeros meses del año no nos ha ido nada bien, no puedo hablar a nivel general pero lo que se ve y comenta es que las capturas han bajado, hay preocupación, calculo que en un 40 a 45 % han disminuido las capturas a la fecha comparadas con el mismo periodo del 2016.

Pero en este negocio nada está dicho, todo puede cambiar, puede que desde julio a diciembre las cosas mejoren. Para mi hay condiciones oceanográficas, más que biológicas, que están haciendo más difícil las capturas, hay mucha corriente, el mar está muy movido y así se hace difícil trabajar. Según reportes de nuestra flota, hay ambiente, eso significa que si se ve pescado, pero lanzan la red y no logran capturas. Hay circunstancias extrañas, como una invasión inusual de lobos de mar que invaden las redes de pesca y espantan el pescado. Todo esto se explica por las condiciones oceanográficas que modifican el comportamiento de las especies en el mar.

¿Se espera la adopción de medidas para su sector?

Creo que por ahora no, en vista de que no se han efectuado las investigaciones y no existen los sustentos científicos y técnicos que se requieren para adoptar medidas o cambios en esta pesquería. No puedo negar que el Instituto Nacional de Pesca con los pocos recursos que tenía ha tratado de hacer investigación, pero en la medida de ese presupuesto, lo cual no ha sido suficiente.

Con la anterior Viceministra logramos hacer unas salidas con barcos particulares de algunas empresas, incluidas la nuestra, logramos salir 6 embarcaciones durante la veda de septiembre del año pasado a hacer un crucero de pesca para ver las biomasas y la situación biológica del recurso macarela, porque se está tratando de asegurar si los meses de veda actuales, esto es marzo y septiembre, son los apropiados para este recurso.

Lamentablemente en el mes de septiembre que salimos se perdió la macarela por completo y apareció otra especie. Los cruceros realmente no tuvieron éxito porque no se obtuvo la información que queríamos de la especie, no sirvió para mucho.

Lo que sí ha sucedido es que la autoridad ha tenido personal en las plantas haciendo investigaciones con el pescado que llega, sobre la situación biológica, adultez, madures sexual, etc, pero como le digo con un presupuesto reducido no se llega al nivel que se requiere.

¿Se habla de cuotas para la pesca de pelágicos menores?

Han venido existiendo rumores de que se impondrían cuotas. Para mí, por la experiencia que tengo en este negocio, es un asunto muy complicado, porque a diferencia de otros países como Perú y Chile que tienen especies endémicas, es decir que se mantienen en sus mares (En Perú la anchoveta y en Chile la anchoveta, la sardina y el jurel), las especies están allí, hacen su hábitat, allí nacen, crecen y mueren, pero en el caso del mar ecuatoriano las especies se mueven mucho, migran inter-zonalmente, se van para el Perú, para Chile o hacia mar afuera y así mismo vienen del sur, del pacífico y otras veces del norte.

Por estas razones yo veo muy complicado trazar una cuota. El ejemplo más patético es lo ocurrido el año pasado en el que hasta antes de septiembre había macarela en el mar, salen los barcos en septiembre y desapareció la macarela pero en cambio apareció la especie corbata y luego la gallineta, ésta última no la habíamos visto desde hace casi 20 años.

Entonces como se hace para poner cuota, como se estima la cantidad de biomasa de unas especies que se mueven tanto que a veces están y otras veces no.

¿Y en el tema de las vedas, se esperan cambios o las actuales están correctas?

Esa es una de nuestras preocupaciones, tenemos una veda en los meses de marzo y septiembre para todas las especies, y el Instituto de Pesca busca determinar si estas fechas son las correctas ya que no necesariamente la misma veda que sirve para la sardina ecuatoriana va a servir para el morenillo o la botella, entonces ellos quieren estar seguros.

Extraoficialmente conozco que el INP ya tiene resultados que les hacen prever que no está bien, que septiembre no favorece a la macarela, que debería modificarse esa veda para otro mes, podría ser octubre o noviembre, pero no se ha tomado la decisión aún.

Nos plantearon la posibilidad de mover esa veda para otros meses y nosotros no nos opusimos como gremio industrial, creemos que está bien, nuestra idea es que se preserve el recurso y si en septiembre no se lo está protegiendo y en noviembre sí, porque ahí desova o se determina que allí está maduro sexualmente y se reproduce, hagámoslo. Lo lamentable es que en Ecuador hay que discutir en una mesa con los industriales, en otra mesa con los artesanales y ahí queda todo, no se puede lograr un acuerdo fácilmente.

¿Respecto a la flota se anuncia alguna medida con relación al número de barcos?

Se planteó en la reciente reunión con la nueva ministra, como una sugerencia de parte de la Cámara Nacional de Pesquería, que se cumpla con la moratoria que ya está instaurada para la construcción de nuevos barcos y la traída de nuevos desde otros lugares. Entonces queremos que se cumpla esta moratoria, ya que si usted se va por la costa ecuatoriana todavía encuentra en caletas pesqueras que están construyendo nuevos barcos, cuando ya no deberían hacerlo.

¿El sector continúa expandiéndose o ya dejó de crecer?

También le sugerimos a la ministra la moratoria para que ya no se den permisos para nuevas plantas harineras hasta que no se haga una buena investigación. Las que ya están deben seguir, pero también hay plantas harineras que son ilegales, no son sanitarias por la forma como trabajan la materia prima. Creemos que debería hacerse algo al respecto porque se trata de un producto de mala calidad y animan al robo de la pesca en el mar porque no tienen barcos y no se conoce de dónde sacan el producto con el que trabajan.

Lo que hemos visto a lo largo del tiempo es que las que antes eran pamperas y que secaban el pescado con el sol ahora ya tienen secadores industriales, ya dejaron de ser pamperas tienen hasta registros del INP o sea ya están legalizadas, además de que existen plantas nuevas que recientemente han obtenido permiso de las autoridades del gobierno, por ejemplo en Manta y Montecristi hay dos plantas nuevas.

Lo que si es cierto es que no existe todavía una ley que exija una moratoria, por lo que aparentemente todavía puede ser legal el constituir una nueva empresa de harina de pescado.

¿Qué anima a que el sector siga creciendo pese a los problemas que existen?

En los últimos tiempos los altos precios fueron la razón por la que hubo ese crecimiento. Desde el año 2014 en adelante se experimentó un crecimiento grande en la flota, ahí fue la feria de cupos, revivieron los barcos que estaban muertos desde hace décadas atrás, aparecieron los cupos y éstos se vendían, hubo desorden y todo esto fue por los precios altos de las materias primas.

Sin embargo, los precios de la harina de pescado han caído significativamente de lo que llegaron a estar, aun cuando siguen siendo interesantes. Pero este negocio tiene sus dificultades, por ejemplo en lo que va de este año las capturas han caído en un 45 % en comparación al año pasado, lo cual es bastante, por eso alguien que se meta a invertir en un barco o en una planta debe repercutirle, debe ser complicado entrar a un negocio y enfrentar de entrada estos periodos duros.

¿Una salida a la problemática del sector sería diversificar su producción?

Sí, estamos viendo la posibilidad de diversificar, entrar en la producción de congelados para consumo humano directo con estos mismos pelágicos. El que tiene más salida es la macarela o morenillo, dependiendo del tamaño. Esta es una nueva actividad, un nuevo procesamiento en el que queremos incursionar en poco tiempo.

¿Su sector también tiene problemas de seguridad en el mar?

Claro que sí, se requiere más control, más regulación. Usted va a la costa y ve salir pangas artesanales muy grandes, ellos les dicen “pangones” y salen sin redes a pescar. Esos no salen a pescar sino a comprar pesca de barcos industriales. Hay que controlar cuantas de esas pangas se han construido últimamente y evitar que salgan a la mar sin permiso de pesca.

Además quienes andan en esas pangas a la fuerza quieren sacar la pesca de nuestros barcos, prácticamente es un asalto, nos amenazan, nos insultan. Dicen que es para carnada, pero actúan con violencia. Esto se lo hicimos conocer a la anterior Viceministra, es peligroso lo que hacen, se trepan en la red, se pueden caer y si les pasa algo la responsabilidad o la culpa nos la van a echar a nosotros, a las empresas.

Otro problema que está pasando es que nuestros barcos usan un sonar para pescar, éste desciende el domo que va por debajo del casco y es el que emite las ondas de sonido para detectar los cardúmenes de pesca. Resulta que hay tantos trasmallos tirados a lo largo de la costa del mar ecuatoriano, sin señalización adecuada que provocan que los domos se dañen. Un domo cuesta desde 10 mil dólares en adelante, dependiendo del modelo.

Nos preguntamos por qué hay tantos trasmallos, antes no había eso, no era así, ahora están por todos lados. Los artesanales no dejan que los industriales entren a las 8 millas, porque se considera zona exclusiva para ellos, pero en cambio ellos si se pescan fuera de las 8 millas, y entonces ahí sí el mar es de todos. No estamos en contra de que el mar sea de todos allí, pero con control y con señalización adecuada, saber cuántos hay, se le pidió a la ministra un censo pesquero para saber cuántos somos en realidad.

¿Eliminaron la flota camaronera de arrastre podría pasar algo similar con la flota de pelágicos menores?

No creemos que algo así pueda pasar, sería una locura, ya que las consideraciones para eliminar a la flota camaronera de arrastre supuestamente fueron de índole ambiental, porque decían que dañaba el fondo marino; en cambio nosotros no tenemos problemas de esa naturaleza, no creo que nos eliminen, pero sí creo que de alguna forma vamos a tener que buscar una regulación, hay que continuar buscando una forma de realmente pescar de una manera que se sustente en el tiempo y eso no es solo para los industriales sino también para semi-industriales y artesanales.

¿Su opinión sobre la creación del nuevo ministerio?

Me parece correcto, se necesitaba. Antes el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura, era un ministerio muy amplio y cada subsector tenía sus problemáticas propias y complejas. La acuacultura y la pesca se han convertido en un tremendo aporte económico para el país, y creo que ya se merecían un trato como un sector importante y por separado. Esperamos de este ministerio una atención más inmediata y directa de la problemática de nuestros sectores.

» Queremos que se cumpla con la moratoria que ya está instaurada para la construcción de nuevos barcos.»

¿Qué opinión tiene sobre la ministra?

Se la ve con conocimientos, ha estado más involucrada con el sector atunero, pero yo creo que tiene la capacidad para hacer un buen trabajo. En la reunión que tuvimos la vimos con una apertura adecuada para escuchar nuestros planteamientos.

¿Cuáles son las perspectivas de su sector?

Yo creo que de aquí a lo que falta del año posiblemente vaya a haber una mejora, hay una especie que está vedada hasta el 30 de junio que es el chuhueco, según reportes podrían haber buenas capturas de esta especie, lo que va a dar flujo, movimiento al sector. Yo nunca le pierdo la fe y una vez que se regule el clima, las condiciones oceanográficas, vamos a tener buenos niveles de pesca.

Sigue habiendo ambiente. Se ven especies como el picudillo, botella, morenillo. Del chuhueco, estamos a la espera de que termine la veda para comenzar a pescar.

Otra cosa que yo veo es que la industria va a ir buscando otras fuentes de negocios, una diversificación y eso ya está pasando con algunos actores en el mercado que ya han implementado sus líneas de procesos de pescado congelado para consumo humano directo como es el caso de Junsa, Nirsa y Transmarina.

Nosotros también vamos a entrar a una diversificación, ya estamos empezando a desarrollar el proyecto, creo que hacia allá vamos, a tener varias unidades de negocio para consumo humano a través de congelado de pescado, congelado entero, cortes para conservas, harina, yo creo que eso va a ser bueno porque va a dinamizar el sector.

Es más difícil trabajar ahora con tantos barcos afuera pescando en la misma zona sobre la misma mancha y sobre recursos limitados. Creo que eso nos obliga a un solo camino, un ordenamiento del sector, no hay alternativa, ya no da para más crecimiento.

¿Un mensaje para su sector?

Nuestro negocio es un negocio muy complicado, para personas que realmente tienen buen aguante. Hay que ser disciplinado, reconocer que es un negocio cíclico, con subidas y bajadas, y uno tiene que administrarlo reconociendo que existen esas fluctuaciones. Hay que ser muy conservador y hacer inversiones de manera gradual, con un crecimiento controlado, poco a poco, el que arriesga con todo cuando la curva va para arriba, se puede meter en un gran lío.

Así es nuestro sector, es un negocio bonito, a mí me gusta, pero no es un negocio para cualquiera. Nosotros hemos pasado por todas estas viscicitudes, esta es la segunda generación en nuestra empresa. Tengo más de 20 años en el negocio, y gracias a Dios nos hemos mantenido. Hemos seguido una política que se pasó de la primera generación a la segunda, y de reconocer que hay que manejarse con mucho cuidado, mucha inteligencia y mucho respeto.

¿QUÉ TEMAS TRATARON CON LA MINISTRA?

Se le hizo una presentación del sector, donde se le mostraron cifras macro económicas de lo que representa el sector de pelágicos menores en la economía del Ecuador.

Luego se hizo una lista de problemas que pensamos nosotros deberían atenderse de manera pronta por parte de las autoridades del gobierno, entre ellos, los problemas de pesca ilegal, de contaminación y pesca a nivel de las primeras millas de la costa del Ecuador, las que científicamente están reconocidas como la zona donde se desarrollan todas las especies del mar en sus primeros estados de vida.

Consideramos que estas pesquerías que se hacen, ya sea con redes o cualquier otra modalidad, en las primeras tres millas son muy perjudiciales para todos los recursos. Luego también está la contaminación que se hace por el hombre, ya que realmente a nivel costero no hay el tratamiento adecuado de las aguas residuales.

También sobre los inconvenientes en la comunicación que han existido con las autoridades anteriores y que a veces llevan a problemas, por ejemplo le expresamos a la ministra que por razones que no entendemos hay prohibición de hacer harina de pescado con algunas especies, cuando se trata de recursos que aparecen de forma muy esporádica, pero que cuando lo hacen el mar se llena de ellos y si no se los pesca ocupan el espacio de otras especies de interés tanto para los industriales como para los artesanales, como fue el caso de la gallineta el año pasado.

Otro tema que abordamos fue que el Ecuador adolece de falta de investigación. El sector de pelágicos menores está requiriendo un nivel de investigación que no existe en el país. No tenemos una embarcación que haga salidas para ver cómo están las biomasas de los recursos, la única que tiene el INP está parada desde hace muchos años y se requiere trabajar seriamente en este tema porque actualmente el mundo nos está exigiendo a los que hacemos pesca que presentemos certificados del uso sustentable de los recursos.

Dentro de todas las exigencias está la que debe haber una base científica sobre la cual se sostengan las políticas pesqueras que existen para que realmente con eso se le dé a los clientes la seguridad de que están consumiendo productos que tienen la capacidad de sostenerse en el tiempo.